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Reportaje:

Marbella cierra el grifo

El Ayuntamiento decreta tras sucesivas averías los primeros cortes de agua masivos, que afectan a más de 100.000 personas

Ayer tarde Remedios abrió el grifo en Marbella y no cayó ni gota. Los cortes de agua ya han llegado a la Costa del Sol. No han sido necesarios un nuevo decreto de sequía ni negociación política alguna para tomar esta decisión tan espinosa que afecta a más de 100.000 habitantes en la principal zona turística andaluza. El Ayuntamiento de Marbella, como en tantos otros peliagudos aspectos, ha tomado la delantera.

El malestar de sus vecinos ha ido in crescendo a lo largo de la semana, a medida que en casa el agua del grifo adquiría distintas tonalidades ignorando su tradicional transparencia. Los cortes han demostrado la fragilidad del sistema hídrico: las reservas del pantano de La Concepción, de las que se nutre la zona, se consumirán en un mes. Poseen una calidad tan ínfima que necesitan ser filtradas hasta tres veces en lugar de una para poder ser consumida.

En pleno centro de la opulenta Marbella, María Mairena contaba su peripecia diaria con el agua durante esta semana. "Hace ya años que no bebemos del grifo, pero ahora también compro botellas para cocinar. Es surrealista. Nos estamos bañando con agua marrón, barro para serle sincera, porque no nos queda otra", explicaba.

El embalse ya está al 9% de su capacidad y sólo contiene cinco hectómetros cúbicos. Este nivel supone la presencia de una gran cantidad de "flotantes de suspensión", que asemejan el agua que llega a la estación de tratamiento de Río Verde, al lodo. Durante esta semana, la zona ha sufrido cortes en el suministro a lo largo de cuatro días debido a dos averías en una estación de tratamiento que realiza un considerable sobreesfuerzo, por culpa de los gruesos sedimentos que el agua acarrea.

Tras una tensa reunión entre la Mancomunidad de Municipios de la Costa del Sol Occidental, sus 11 alcaldes, y la empresa pública de aguas Acosol, la inesperada chispa saltó la tarde del viernes. El ejecutivo local de Marisol Yagüe decidía unilateralmente establecer severos cortes en el suministro (16 horas diarias) debido a "lamentables dificultades de la empresa Acosol".

La respuesta no se hizo esperar. "Marbella ya no es capaz de sorprender a nadie, aunque me parece inexplicable que nos echen la culpa", protestó Juan Sánchez, presidente de la Mancomunidad (IU). Horas más tarde y tras una reunión entre los técnicos de Acosol y la empresa municipal de aguas marbellí Aquagest, el Ayuntamiento decidió corregir su drástica decisión y limitaba los cortes a este fin de semana a la espera de la evolución de la red de suministro.La razón esgrimida por la corporación para las restricciones fue que la reducción del 15% en el suministro, y al que obliga el decreto de sequía de la Junta, provoca que algunas zonas del municipio no reciban agua por la menor presión. Con la medida, el ayuntamiento espera garantizar que el agua llegara a todas las zonas, incluidas las situadas en las más altas del municipio.

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Ante la recomendación de no consumir agua del grifo, la dirección del colegio El Carmen de Marbella compró centenares de botellas de agua mineral para los 200 alumnos que acuden a su comedor. "Hasta que no tengamos por escrito la autorización para consumirla, seguiremos teniendo de primero puchero con agua mineral. No podemos arriesgarnos. También hemos lavado los alimentos con agua de botella", contaba la secretaria del centro, Josefa Ortega. El primer día tuvieron que tirar el primer plato, ya cocinado para cuando llegó la notificación de Acosol que alertaba de una segunda avería en la red tras sufrir ésta una excesiva concentración de manganeso.

El decreto de sequía establece cuantiosas multas para el llamado "uso suntuoso" del agua: llenado de piscinas, riego de jardines y lavado de coches. Pero la solución del problema está aún tan turbia como el agua que sale del grifo. "La gente no ha asumido la mentalidad de padecer una sequía", denuncia Juan Cañete, consejero delegado de Acosol, que ha padecido los inconvenientes, nervios y miles de quejas de sus usuarios, aunque al mismo tiempo es consciente de que puede contribuir a cambiar la cultura despilfarradora de una población en un alto porcentaje extranjera y de vacaciones. Parece ser que tampoco gestores y políticos terminan de tenerlo claro. "Sin echar leña al fuego, falta aunar esfuerzos entre los ayuntamientos, las concesionarias y la mancomunidad", denuncia Álvaro Istán, gerente de Aquagest, que abastece a Manilva y Estepona además de Marbella.

Y es que a pesar de que la desalinizadora está a pleno rendimiento, ésta no aporta más del 30% del agua que consumen jardines, campos de golf y una población inconsciente de la gravedad del problema. El resto, hasta un 60%, se extrae del paupérrimo pantano de la Concepción y un 10% proviene del río Guadiaro en el Campo de Gibraltar.

Después de que una avería anterior dejara sin agua a la población desde el domingo debido a los excesivos niveles de manganeso en la doble tubería de unos 100 kilómetros, el miércoles una obstrucción del filtro de la estación provocó el nuevo parón. El sobreesfuerzo terminó por obturar el filtro de la potabilizadora, y hubo que limpiarlo y cortar el suministro. Los técnicos de Acosol, la empresa pública de aguas de la Mancomunidad de Municipios de la Costa del Sol y que engloba a 11 pueblos, no ganan para sustos.

La solución debe llegar antes de 30 días. Una vez consumidas las reservas del pantano de la Concepción, y contando con la reducción en el suministro del 15%, el eureka temporal pasa por tres medidas: La recuperación de los aportes hídricos del pantano de la Viñuela provenientes de Málaga; el aumento de las reservas provenientes del río Guadiaro hasta los 400 litros por segundo; y que las reservas de los pozos privados, instaurados en su mayoría por campos de golf, cercanos al río Fuengirola se incorporen a la red para añadir otros 200 litros por segundo. Estas cifras resultarán inútiles si el despilfarro diario en casa no se frena en seco. "Si la gente se porta bien, tendremos una Navidad tranquila", suspira un portavoz de Acosol.

En la raíz del problema radica la falta de previsión de los sucesivos gobiernos. Las estimaciones actuales para la Costa del Sol Occidental sitúan su población en torno al millón y medio de personas para 2015. El problema es acuciante porque, según los expertos, nos encontramos en el inicio de un nuevo periodo de sequía, y las grandes infraestructuras necesarias como una segunda desalinizadora o nuevos embalses, se dilatarán casi un lustro.

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