"Soy el abuelito de Heidi"

Pregunta. ¿Por qué pasa usted por ser el bueno de la película? ¿No es sospechoso en un ministro de Economía?

Respuesta. Bueno me hacen los demás. Yo no hago nada. Seguramente es porque hablo bajito, y así no creo tensiones.

P. ¿Tiene celos de Bono por quitarle el primer puesto en el amor de la derecha?

R. Ni de Bono ni de nadie. Bono es un personaje que me parece enormemente divertido.Cuando no me pide dinero.

P. ¿Cree haber bordado los Presupuestos?

R. Bordar no se borda nunca nada en economía. Creo que tienen elementos de estabilidad claros y hacen frente a muchas necesidades del país; y sin gastarnos todo el dinero.

P. ¿Cuál es el ministro o ministra que más le llora?

R. Todos se quejan, y todos tienen razones para ello. Pero creo que están bastante bien tratados. P. ¿Y el que mejor le cae?

R. Tengo cierta debilidad por Elena Espinosa, una mujer seria, trabajadora y muy discreta, a la que no se hace justicia.

P. ¿Zapatero es su ídolo?

R. Yo ídolos tengo pocos. He trabajado con mucha gente, yZapatero, como todos, tiene elementos que me parecen espléndidos y otros que me gusta discutir con él.

P. ¿Como cuáles?

R. Yo creo que eso no se dice nunca. Y menos yo.

P. Tío Pedro. O el Padre Solbes, como le puso Llamazares. ¿Va de abuelito de Heidi?

R. Si es que... yo no debería estar aquí. Yo pertenezco a otra generación. Cuando tu jefe es veinte años más joven que tú, tienes que plantearte si estás en el buen sitio en el buen momento.

P. ¿Qué parte de nuestra situación económica es mérito suyo?

R. La que se viva en los próximos años. Sobre todo, lo fue la que sucedió después del año 94.

P. ¿Llega a fin de mes con su sueldo?

R. Mmmm... Me apaño.

P. No me diga que tiene que apretarse el cinturón.

R. Una de las ventajas de ser ministro de Hacienda es que te da muy pocas posibilidades de gasto: te metes aquí a las nueve de la mañana y sales a las diez de la noche.

P. Entonces, lo hace todo por la causa. Está entregado a España.

R. Bueno, estuve en gobiernos anteriores; fui parlamentario en las listas del partido socialista; éste me propuso ir a Bruselas como comisario; luego, me pidieron que echase una mano, y estoy encantado de echarla.

P. Decía un antecesor suyo que en la vida pública se liga poco.

R. En la vida pública y en la privada. En la pública es que, además, no hay prácticamente tiempo para nada.

P. ¿Cuál es su mito erótico?

R. Hombre, yo pertenezco a unas generaciones muy antiguas, de Claudia Cadinale, de Brigitte Bardot, esas cosas.

P. Ahora sí que se me ha puesto en plan abuelito de Heidi.

R. Es que soy el abuelito de Heidi, je, je. Tengo ya mis años.

P. ¿Y mito entre las ministras?

R. No. No veo a ninguna como Claudia Cardinale [ríe].

P. ¿Se encuentra a sí mismo con un superávit que no se puede aguantar?

R. No. Me encuentro con un superávit que no es poco para quien está acostumbrado a vivir con déficit.

P. Me preocupa que viva con déficit personal.

R. ¡Ah! Creía que hablaba del tema fiscal. No [ríe], en absoluto me encuentro con superávit personal, pero sí con un cierto oficio.

P. ¿Qué le duerme?

R. Muchísimas cosas. Yo soy un hombre que se cansa a lo largo del día varias veces.

P. Este ministerio habrá visto más de una siestecita suya.

R. Algunas, sí, sí. Tengo arriba una habitación magnífica.Todas las tardes que puedo.

P. Creo que va por la vida agarrado a su silla como Linus a su frazadita.

R. Exacto, exacto. Es la vieja silla que compré en Agricultura; luego fue donada al Ministerio de Hacienda, pasó como patrimonio del Estado al Congreso y la recuperé de sus sótanos a mi vuelta de Bruselas.

P. Problemas de espalda aparte, ¿tiene miedo a perder la silla?

R. Esa silla es sustituible. Y la otra no tengo ningún miedo a perderla. Ganas, tampoco. Pero no lo sentiré el día que la deje.