Odisea
Todos los días tomo la M-30, entre Puente de los Franceses y el Nudo Sur. La vía en sí discurre entre líneas amarillas provisionales descoloridas y las líneas blancas originales teñidas de negro, que hacen que no cambiarse de carril sea una experiencia única y al alcance sólo de los habituales.
Cuando por fin alcanzas los 30 kilómetros por hora por el carril de los rápidos, aparece un señor con casco muy afanado en señalar que sale un camión cargado de tierra. Y menos mal, porque el camión sale de todas formas...
Yo, que trabajo en la construcción, aprovecho los atascos para aprender: hay muros pantalla, pilotadoras, bañeras, camiones, retroexcavadoras, compresores, cargadoras, andamiajes, grúas, hormigoneras, motoniveladoras, vallados, bombas, martillos... Pero lo mejor de todo es que después de este periplo me encuentro con un cartel luminoso que nos recuerda: ¡Vía en obras!
Por favor, no lo quiten... Me alegra el final de mi infernal travesía.
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