Las clases de religión

La próxima manifestación a la que la Iglesia católica está convocando, para el 12 de noviembre, es, según ellos, en defensa de la Educación y en contra de la LOE: aunque en realidad es para que la Iglesia no pierda su poder e influencia en las escuelas y todo lo que eso conlleva; ni el dinero de las subvenciones que sus colegios concertados reciben -más del 80% de los centros concertados son católicos. También se manifestarán para que la asignatura de religión sea evaluable y tenga el mismo peso académico que el resto.

No estamos de acuerdo con las clases de religión en los centros públicos, pero, ya que se imparten, creemos que deben evaluarse si los interesados así lo piden y, también, si lo desean, que les sirva para el currículum y las becas, allá ellos si quieren que sus hijos reciban una asignatura más que otros niños que no estudian religión. Aunque no se conforman con la enseñanza religiosa y el dinero, también quieren tener el derecho a decidir por los demás y quieren una asignatura alternativa a la religión para quienes no deseen estudiarla y que hable sobre el hecho religioso, o sea: religión, o religión, no les entra otra cosa en la cabeza. Además, al igual que ocurre con los profesores de catolicismos, los obispos quisieran poder decir qué profesores son aptos para impartir la supuesta asignatura alternativa. Los padres tienen todo el derecho a que sus hijos reciban la educación religiosa o moral según sus convicciones, pero esos padres no son nadie para decidir por otros padres que no quieren que sus hijos estudien religión, ni siquiera una alternativa a ésta, ya sea Hecho Religioso, Historia de las Religiosos o parchís en pista cubierta. Los otros padres también tienen derechos, no lo olvidemos. No tenemos nada en contra de la religión, ni de sus profesores, pero entendemos que el adoctrinamiento religioso debe quedar para las iglesias. No se puede enseñar la palabra de Dios porque nadie sabe cuál es esa palabra; no se puede enseñar lo que no se sabe. Por eso, no debería permitirse la religión en los centros públicos y con dinero público. La mejor religión es el respeto hacia los demás.