El Gobierno francés declara el estado de emergencia para sofocar la revuelta
Las medidas de excepción incluyen el registro de domicilios sin orden judicial
El Gobierno francés declaró ayer el estado de emergencia con el fin de detener la ola de violencia que recorre el país desde el pasado 27 de octubre. Esta medida de excepción, basada en una ley de 1955 a raíz de la guerra de Argelia, y que sólo se había aplicado una vez más desde entonces -en 1984, durante la sublevación independentista de la isla Nueva Caledonia, en el Pacífico sur-, permite la imposición del toque de queda en las ciudades, el registro de domicilios de sospechosos sin autorización judicial, restricciones a la circulación de personas o vehículos y el cierre de lugares públicos que sirvan de centros de reunión a los violentos.
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La posibilidad de instaurar el toque de queda por los prefectos, equivalentes de los delegados del Gobierno en España, entró en vigor a las doce de la noche de hoy, pero algunas ciudades francesas como Amiens, en el norte del país, y Orleans, al sur de la capital, prohibieron ya ayer a los menores de 16 años salir de casa sin ir acompañados entre las 22.00 y las 6.00.
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