Israel Galván y Lucía Lacarra obtienen el Premio Nacional de Danza 2005
El jurado destaca la "capacidad creativa" del bailarín y la "meritoria carrera" de la bailarina
El bailarín-bailaor y coreógrafo sevillano Israel Galván en la modalidad de creación y la bailarina guipuzcoana Lucía Lacarra (Zumaia, 1975) como intérprete han ganado el Premio Nacional de Danza 2005. Según la nota del Ministerio de Cultura, hubo unanimidad en un jurado compuesto por José Antonio Campos Borrego, director general del Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música (INAEM); Antonio Gare, subdirector general de música y danza; los coreógrafos Marta Carrasco, Ramón Oller, Mónica Runde y José Antonio Ruiz; la maestra de ballet Carmen Roche y los dos premiados en 2004: Aída Gómez en interpretación y Teresa Nieto en creación. Este jurado entendió el premio de Galván "por su capacidad de generar en un arte como el flamenco una nueva creación sin olvidar las verdaderas raíces que lo han sustentado hasta nuestros días y que lo constituye como género universal"; en el caso de Lacarra, fue distinguida "por su meritoria carrera desarrollada en importantes compañías", y considerando su visita ocasional como invitada a la Ópera de París "un hito en la danza clásica española". Los premios están dotados con 30.000 euros en cada modalidad.
Israel Galván (Sevilla, 1973), de 32 años, fue informado de que había ganado el premio nacional mientras ensayaba su próxima obra, y entonces declaraba: "No puedo creer que sin conocerme el gran público, me concedan un premio así", asumiendo que el galardón le sitúa a la altura de figuras como José Antonio, Antonio Canales o Eva La Yerbabuena. Galván posee ya un indiscutible estilo propio que se asienta en una especie de meditada transgresión de los cánones y que él mismo clasifica así: "Soy un bailaor de flamenco que no cabe ni entre puristas ni entre vanguardistas, sino que hace lo que siente en cada momento"; procede de una familia de bailaores, como su padre José Galván y su madre, Eugenia de los Reyes. Israel Galván debutó con su propia compañía en 1998 y en 1999 fue invitado al Ballet Nacional de España para coreografiar una farruca que era parte de la obra Oripandó. Su segundo trabajo personal, La metamorfosis, basado en el relato de Kafka, lo estrenó en la Bienal de Sevilla con las colaboraciones especiales de Lagartija Nick y Estrella Morente. Sus creaciones posteriores han ido fraguando su manera de ver el espectáculo de flamenco en una aguda fusión con las artes plásticas y otras tendencias actuales, como en Galvánicas y Arena, con el que obtuvo el Premio Giraldillo. Actualmente, Galván está enfrascado en su nueva pieza, a la que titulará Tabula rasa y en la que el equipo se completa con el piano de Diego Amador y la voz de Inés Vacan.
Lucía Lacarra, de 30 años, y que actualmente trabaja en el Ballet de la Ópera de Múnich, dejó España hace 12 y ha recibido otros galardones como el Nijinski en Montecarlo en 2002 y el Benois en 2003 en Moscú. Estudió y se formó profesionalmente en la escuela y la compañía de Víctor Ullate, donde permaneció hasta 1994. Antes de Múnich, estuvo en las compañías de Marsella y el Ballet de San Francisco. Se la considera una bailarina dúctil y de espléndida línea física, aunque con una técnica irregular que alguna vez le ha traído tropiezos severos al afrontar el gran repertorio de "bravura", manteniendo su carrera y estilo dentro de papeles creados para el lucimiento de sus posibilidades plásticas o de un sector del repertorio neoclásico. Durante un tiempo, fue la bailarina preferida del coreógrafo Roland Petit, que remontó par ella obras como Ma Pavlova.
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