Los ediles extranjeros que han roto el gobierno de Xàbia denuncian que estaban discrimi nados

El PP acumula una nueva crisis en sus gobiernos locales de la provincia de Alicante con la dimisión de los tres ediles extranjeros del tripartito de Xàbia, que lidera el popular Juan Moragues. A diferencia de otros casos, entre ellos Orihuela o la capital, el epicentro del cisma no se halla en la pugna por el poder de los dos sectores de los conservadores alicantinos enfrentados, zaplanistas y campistas. En Xàbia, el nudo gordiano de la crisis pasa por las discrepancias sobre el nivel de compromiso con los acuerdos firmados entre los ediles extranjeros y los autóctonos.

Los ediles dimisionarios han dejado en minoría y abocado a una moción de censura al gobierno de Moragues por "su prepotencia e incumplimientos de los pactos de junio de 2003", para ellos algo más que un mero papel que pasa a engrosar el cajón del olvido al alcanzar el poder.

Amanda Dean (inglesa) y Ana Vasbinder (holandesa) fueron elegidas concejales en 2003 en la lista del PP. Mientras, Anthony Cabban (inglés) logró el acta integrado en el Grupo Independiente de Xàbia (GIX). Los ediles, con varios años de residencia en la localidad, conformaron, junto a otros ocho concejales, el tripartito liderado por Moragues, con sus compromisos de gobierno sellados por escrito. En la oposición quedaron el PSPV y el Bloc, ambos con cinco ediles.

Apenas sobrepasado el ecuador del mandato y coincidiendo con el momento más caliente de la vida política en Xàbia a raíz de la revisión del catastro, Dean, Vasbinder y Cabban, sacaron a la luz pública su larvado enfrentamiento con el alcalde y resto de concejales del tripartito y presentaron su renuncia a las delegaciones asignadas y con ello su salida del gobierno local. Las primeras anunciaron, además, su intención de constituir el Grupo Mixto de la Corporación. Cabban, por el contrario, optó por permanecer como edil del GIX.

Los tres ediles ratificaron el pasado miércoles su dimisión, que justificaron en motivos de forma y fondo. Los concejales críticos tildaron el talante de Moragues de "prepotente" y acusaron al alcalde de falta de diálogo. Denunciaron que en los dos años de gobierno habían sido "marginados y discriminados" por el tripartito. Su censura a Moragues incluyó un supuesto "boicoteo" a las iniciativas de sus respectivas áreas (Medio Ambiente, Dean; Cultura, Vasbinder; y Obras y mantenimiento, Cabban). Los tres rechazaron relacionar esa situación con su condición de extranjeros, "queremos pensar que se trata de una mera casualidad", precisó Vasbinder.

A parte de los modos, los ediles dimisionarios resaltaron el incumplimiento, según ellos, de los principales acuerdos del pacto de gobierno: Agenda Local 21, construcción de un auditorio y revisión del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) defensa de los derechos de los propietarios del suelo en los proyectos de urbanístico al amparo de la Ley Reguladora de la Actividad Urbanística (LRAU). Cabban puso el énfasis en este apartado. No en vano, el edil fue uno de los mentores de la plataforma Abusos Urbanísticos No impulsados por propietarios de suelo y viviendas extranjeros en la Marina Alta en protesta por la LRAU.

Los concejales críticos sin una alusión explícita a una hipotética moción de censura si ligaron el futuro del gobierno local a un cambio en "el talante" y el "cumplimiento" del pacto que dio origen al tripartito.

Moragues achacó la dimisión al clima de "nerviosismo" provocado por la revisión del catastro, que prevé subidas de los valores de hasta un 500%. El alcalde admitió parcialmente las críticas de los ediles extranjeros, sobre todo las referidas al talante. Moragues se mostró convencido de que reconduciría la situación y, por ende, podría reintegrar al tripartito a los tres ediles, "a base de diálogo y más diálogo".