Oxígeno para Telefónica
Las imágenes de la exposición Transformaciones. La España de los años veinte en los archivos fotográficos de Telefónica en la Fundación Telefónica, revelan el trabajo de los operarios para instalar y dar servicio a los primeros kilómetros de líneas de los miles que después conformarían la red de telefonía fija. Es posible que la adquisición de O2 represente el punto de inflexión más importante de la historia de Telefónica, ya que, en poco tiempo, se va a transformar en una operadora de telecomunicaciones cuyo negocio principal será la telefonía móvil.
El peso del negocio móvil de Telefónica en el resultado de explotación pasará, en tan sólo tres años, del 38% en 2005 (considerando sólo Telefónica) al 54% en 2008 (incluyendo a O2). A nuestro juicio, este cambio en el modelo de negocio de Telefónica es el aspecto clave de la compra de O2. Por primera vez y coincidiendo con la caída del volumen de minutos en la telefonía fija, un operador tradicional de primera división, concede menos peso al negocio tradicional de la telefonía fija (que incluye la banda ancha por medio de la tecnología ADSL) que al de la telefonía móvil. Creemos que por encima de los aspectos sinérgicos de la operación en términos de ahorro de costes, volumen de clientes y el equilibrio geográfico se encuentra la apuesta de Telefónica por la movilidad, los contenidos digitales y la convergencia tecnológica.
La compra de O2 refuerza la consolidación futura de la compañía como proveedor de servicios de voz y datos móviles
La frontera entre operadores fijos y móviles será cada vez más difusa debido a la irrupción de las tecnologías inalámbricas (la ya bien extendida Wi-Fi, de más corto alcance, y la pujante WiMax, de largo) y la tecnología IP, basada en el protocolo de Internet (como las llamadas de voz sobre Internet, VoIP). En consecuencia, el sector de las telecomunicaciones se asentará en la convergencia tecnológica, que permitirá utilizar el mismo teléfono móvil tanto en nuestros hogares como en la calle, y tanto para servicios de voz (VoIP) como datos (tecnología de banda ancha, UMTS, televisión). Sin que el usuario lo perciba, se estarán utilizando redes fijas y móviles indistintamente, según la proximidad de nuestro dispositivo a cada infraestructura.
Éste parece ser el camino elegido por Telefónica al centrar la expansión de su negocio en la telefonía móvil, con la vista puesta en la tercera generación, a la par que realiza incursiones corporativas en tecnologías inalámbricas WiMax, como pone de manifiesto el reciente aumento en su participación en Iberbanda (hasta su control y por ello en estudio por el Servicio de Defensa de la Competencia), una de las operadoras de referencia en tecnología de acceso inalámbrico a Internet de banda ancha vía frecuencias de radio (LMDS). En este contexto, no pasa desapercibido el elevado grado de expansión de la tecnología UMTS (3G) que ha llevado a cabo O2 en el Reino Unido, donde ya ha logrado dar cobertura de este servicio al 50% de la población, y en Alemania alcanzará el mismo despliegue a finales de año.
Para Telefónica, la compra de O2 refuerza su consolidación futura como proveedor de servicios de voz y datos móviles. En lo que respecta a los contenidos digitales, Telefónica y O2 están en proceso de pruebas de la tecnología HSDPA, que permite la difusión de contenidos en la red 3G con mucha mayor capacidad, y ambos proveen servicios de contenidos a través de la tecnología japonesa i-Mode de NTT DoCoMo en sus respectivos países. Demasiadas coincidencias en el panorama actual de las telecomunicaciones.
Ignacio R. Teubal y Arturo Rojas pertenecen a Analistas Financieros Internacionales.
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