Una pelea por 3.000 millones
Las entidades financieras lanzan ofertas de planes de pensiones que incluyen todo tipo de regalos
No ha sido bueno el tercer trimestre para los planes de pensiones. De julio a septiembre, los particulares han aportado a estos productos poco más de 632 millones de euros. Bancos, cajas, sociedades de valores y, en general, todos los intermediarios financieros confían en estos últimos meses del año para darles un nuevo empujón. Según sus estimaciones, hay en juego más de 3.000 millones de euros. Se ha abierto la veda. Ya empiezan a aparecer las nuevas ofertas en planes de pensiones en las que, una campaña más, hay regalos de todo tipo.
Los particulares han aportado a los planes de pensiones poco más de 632 millones de euros durante los meses de julio a septiembre de 2005
Todos los años, los meses de octubre, noviembre y diciembre son el escenario de la campaña que a favor de los planes de pensiones hacen las entidades financieras, cuyo resultado más evidente es que el 70% de la inversión total en estos productos se concentra en esta época del año, según el último perfil del partícipe de planes de pensiones individuales elaborado por el Banco Sabadell. Es en estos días cuando se recuerda a los particulares la necesidad de ahorrar a largo plazo para preparar la jubilación y se ensalzan las ventajas fiscales que suponen suscribir un plan de pensiones privado.
Ambas cosas son ciertas. Es importante ahorrar a largo plazo para obtener un complemento dinerario a la que será la pensión pública futura. Aportar 100 euros mensuales a uno de estos productos desde los 40 años y hasta los 65 años permite, si la rentabilidad anual se sitúa en torno al 3,6%, asegurarse un capital final superior a los 48.600 euros, mientras que desciende por debajo de los 25.000 euros si se retrasa hasta los 50 años el momento de iniciar las aportaciones. O visto de otra manera: garantizarse el cobro de una pensión mensual de 600 euros a partir de los 65 años supone estar dispuesto a ahorrar 200 euros al mes si se hace desde los 35 años, pero esta cantidad se acerca a los 550 euros si esta decisión se toma a los 50 años.
Ventajas tributarias
Suscribir un plan de pensiones tiene ventajas tributarias tanto a corto como a largo plazo. Los particulares menores de 52 años pueden aportar 8.000 euros anuales como máximo. A partir de esa edad, y por cada año más, este límite aumenta en 1.250 euros adicionales, hasta, también como tope, la cantidad de 24.250 euros anuales a los 65 años o más. El límite de 8.000 euros anuales sirve también para determinar la renta mínima del cónyuge, a favor de quien se pueden hacer aportaciones de hasta 2.000 euros anuales.
Agotar al límite las posibilidades de suscripción de un plan de pensiones tiene unas inmediatas ventajas tributarias. Por cada 1.000 euros de aportación se consiguen, en función de la situación fiscal de cada contribuyente, ahorros fiscales que pueden oscilar entre los 150 euros y los 450 euros. ¿La razón? Estas suscripciones reducen directamente la base imponible sobre la que se calculan los impuestos a pagar. Cuanto menor es el tipo impositivo del particular, menores son los beneficios tributarios, y cuanto mayor es el tipo, mayor es el ahorro fiscal.
A largo plazo se mantienen las ventajas aunque la situación cambia. La normativa actual señala que si un plan de pensiones se recupera (siempre que hayan transcurrido más de dos años desde su contratación) en forma de capital, su importe total se reducirá en un 40% a la hora de incluirlo en la correspondiente declaración de renta como rendimiento del trabajo. Si se opta por el rescate en forma de renta periódica, no se aplicará tal reducción. Elegir una u otra posibilidad depende del volumen de rentas actuales, de las posibles rentas futuras y, tal y como señalan los autores del estudio La reforma de las pensiones. El papel de los mercados financieros, patrocinado por la Fundación Caixa Galicia, de si el ahorro fiscal es o no superior al pago fiscal en cualquiera de las dos modalidades de cobro. "Por ejemplo, para un contribuyente cuyo tipo marginal durante su vida laboral sea del 15%, le compensará suscribir un plan de pensiones si se da el caso de que, llegado su retiro, opta por la modalidad de renta vitalicia y la renta total que percibe sigue situándose en el tramo inferior de la tarifa impositiva, es decir, al 15%. Por el contrario, los individuos cuyos tipos marginales son el 37% y el 45% se decantarían por recibir su capital acumulado en forma de capital, puesto que ésa es la opción que más diferencia les proporciona entre el ahorro y el pago fiscal. Como se recoge en el cuadro adjunto, de cerca de 50.000 euros para las personas con tipos marginales del 45%".
Reconocidas sus ventajas tributarias no hay que olvidar, sin embargo, que todos los planes de pensiones son iguales desde el punto de vista fiscal. Sea cual sea el que el particular suscriba, la reducción de impuestos en el IRPF es siempre la misma. No debería ser, por tanto, éste un factor determinante para la elección de uno u otro plan de pensiones. Tres son los factores que, sin embargo, sí que deberían tenerse en cuenta antes de tomar una decisión en una dirección u otra. Ordenados de menor a mayor importancia, éstos serían: los "premios en efectivo" o "regalos tipo DVD, teléfonos, radios, cadenas de música, entradas para ver un acontecimiento deportivo..." que en estos días ofrecen las entidades, las comisiones de gestión y depósito que se cobran en estos productos y la rentabilidad financiera efectiva y sostenida a medio y largo plazo.
Regalos y rentabilidad
Un DVD, por poner un ejemplo, que en el mercado se puede llegar a encontrar por 60 euros, ¿qué rentabilidad real ofrece si la aportación es de 3.000 euros? Un 2% adicional que habrá de repartirse a lo largo de todos los años que se mantenga el plan de pensiones. ¿Y una bonificación, en efectivo, en una cuenta corriente de un 1% del saldo aportado o traspasado? Pues ese mismo 1%.
Más de la mitad (un 53%) de los partícipes de planes de pensiones de renta variable española (sirve bien esta categoría de inversión como ejemplo) soportan comisiones superiores al 2,35%, según un informe de Analistas Financieros Internacionales elaborado para ING Direct. Un 25% de los partícipes paga la comisión máxima permitida por la ley frente a un escaso 5% cuyo coste global es inferior al 1,3%. De hecho, si se compara el efecto de invertir 6.000 euros anuales durante 30 años en un plan de pensiones individual de renta variable con una comisión del 2,30% o invertir la misma cantidad en un plan que aplique una comisión del 1,25%, el resultado es que, con una rentabilidad media anual del 9,25%, en el segundo de los casos se puede llegar a obtener un capital entre 1.150 euros y hasta 240.000 euros superior, en función de los años que dure la inversión (de 5 a 35 años).
Las diferencias de rentabilidad, en el medio plazo (cinco años), entre los planes de pensiones de la misma categoría de inversión son, en algunos casos, más que llamativas pues se colocan entre el 5% y hasta el 20% anual. Las preguntas que los partícipes han de hacerse son, por tanto, ¿qué regalo compensa una diferencia de ganancias anuales de esta magnitud? ¿Por qué pagar las más altas comisiones si esto no supone un aumento significativo de las ganancias obtenidas?
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