_
_
_
_
Entrevista:DIEGO Y GABRIEL MILITO | Jugadores del Zaragoza | FÚTBOL | Décima jornada de Liga

"Esperemos que la afición del Bernabéu nos aplauda porque les ganemos"

Jordi Quixano

Uno es defensa, El Mariscal, le llaman. El otro es delantero, Diegol. El zaguero usa la pierna izquierda. El ariete, la derecha. El zurdo es caliente, fácil de enfadar si las cosas se tuercen. El diestro, tranquilo y parsimonioso. A uno le repudió el Madrid porque consideró que su rodilla estaba maltrecha. Al otro lo quiso media Europa porque su equipo, el Génova italiano, descendió a Tercera por un supuesto soborno. Y ambos han recalado en el Zaragoza. Son los hermanos Milito, Gabriel (Buenos Aires, Argentina, 1980) y Diego (Bernal, Argentina, 1979). Son las referencias del conjunto maño, que hoy se mide al Madrid en el Bernabéu. Ambos mantuvieron el pasado miércoles una conversación para este periódico.

"Se critica a Robinho, pero es muy difícil llegar y triunfar. Y más, en el Madrid, por lo que significa y porque todo lo que no sea ganar les molesta"
"Aquí vas a un campo y te tratan bien ¡Incluso te piden autógrafos! Eso no pasa en Argentina. Pero allí son más pasionales y atrae más como jugador"
Más información
El Madrid repite equipo dos veces seguidas por primera vez

Gabriel. ¿Viste? Aunque nunca nos lo imaginamos de pequeños, hemos terminado en el mismo equipo.

Diego. ¿Cómo nos lo íbamos a imaginar? Si ni siquiera podíamos jugar juntos en las peladas [pachangas] con los amigos.

G. Ya, sólo podíamos estar uno enfrente del otro porque así nos enfadábamos menos. Lo mejor fue que yo jugara en Independiente, porque era el equipo de nuestro abuelo, y tú en Racing...

D. Porque me gustaba más. Algo que mareó a los papás ¿eh?

G. Sí, pero por suerte casi siempre jugábamos a distinta hora y podían vernos a los dos.

D. Y si no, mamá venía a los partidos que jugábamos de local y papá, a los de visitante.

G. Si es que siempre tuvimos la ilusión de ser futbolistas. Aunque tú llegaste a empezar Ciencias Económicas.

D. Como papá y el abuelo eran contables...

G. ¿Te acuerdas de los partidos que jugábamos con ellos en el jardín de casa?

D. Claro, los domingos después de comer. Tú ibas con papá y yo con el abuelo. Separados, para variar.

G. Es que nos peleábamos muchísimo. Nos matábamos.

D. Quizá nos enfadábamos demasiado. Pero ahora es lo contrario.

G. Normal. Si fallas ahora me duele el doble: por el equipo y porque eres mi hermano.

D. Pero bien que te calientas ¿eh? Claro, que yo, si fallas tú, también te lo digo. Por eso no es raro que nos gritemos en el campo.

G. Se nos pasa rápido. Pero está bien que pisemos el mismo césped; así puedo tirarte pases largos. Creo que esos pequeños detalles nos funcionan y benefician al equipo.

D. Sí, a veces una mirada ya nos sirve para entendernos. Y de tus pases... predices mis movimientos y sabes dónde me gusta que me la pongas.

G. Sólo falta que al equipo le empiecen a salir las cosas. Estamos en una situación complicada porque no cumplimos las ilusiones que teníamos en mente a principio de campaña. A ver si ganamos dos partidos seguidos y se acaba el debate.

D. Creo que hay plantilla para conseguirlo. Ahora estamos con la bronca [enfado] que te queda tras lograr dos puntos en los cuatro últimos partidos.

G. Son rachas. Pero también es cierto que los árbitros no nos han ayudado mucho. Mirá contra el Barça y la Real Sociedad... Aunque el árbitro no mete el gol, como dice Víctor [Muñoz, técnico del Zaragoza].

D. Es un entrenador exigente ¿eh? Pero muy trabajador. Creo que a la larga el trabajo recompensa, y nosotros trabajamos hasta rompernos el alma.

G. Sí, es exigente. Como la afición. Pero a mí me gusta porque te pide que juegues bien.

D. Tengo la misma sensación; nos demanda un juego bonito, alegre. Y, aunque falles una ocasión, siempre aplaude. Sabe que eso le puede pasar a cualquiera.

G. La verdad es que nos ha acogido muy bien la ciudad. Soy feliz del todo, ¿y tú?

D. No sé si es porque llevas un tiempo y te tienen cariño, pero a mí me han recibido muy bien.

G. En este sentido, la afición argentina debería copiar a la española.

D. Aquí vas a un campo como visitante y te tratan bien ¡Incluso te piden autógrafos! Eso no pasa en Argentina.

G. Ya, pero la afición argentina es mucho más pasional, intensa. Creo que te atrae más como jugador. Lástima de la violencia en las gradas.

D. Esperemos que la del Madrid nos aplauda porque les ganemos...

G. Será difícil. Es un equipo similar al Barça. Por eso tenemos que jugarles de forma parecida: con mucha concentración, ordenados, con actitud y siempre intentándoles quitar la pelota.

D. Es la clave. Si no tienen la pelota, sufren. Sería muy lindo sacar algo positivo del Bernabéu.

G. Para eso, además, tendremos que tener un día lleno de aciertos y saber encontrar sus defectos, que son pocos. No está Ronaldo, pero tienen a Robinho, Guti, Raúl...

G. A Robinho lo están criticando un poco ¿no?

D. Es normal. Es muy difícil llegar y triunfar. Y más si donde juegas es en el Real Madrid, por lo que significa y porque todo lo que no sea ganar les molesta.

G. Es un gran jugador, pero es difícil triunfar en un club que tiene tantas exigencias y obligaciones.

D. Como con la selección argentina.

G. A ver si vamos al Mundial...

D. Es complicado. Pero eso es la vida, ponerse metas para irlas conquistando poco a poco.

Diego y Gabriel Milito, durante la entrevista.
Diego y Gabriel Milito, durante la entrevista.ALFONSO REYES

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_