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Entrevista:OLLE STENHOLM | 'Ombudsman' de la prensa sueca | COMUNICACIÓN

"La libertad de expresión no se puede utilizar para dañar a otros"

Juan Cruz

Olle Stenholm, ombudsman de la prensa sueca, 63 años. Fue periodista de la televisión y la radio sueca. Ejerce el oficio global de representante de los lectores frente a la prensa escrita de Suecia -centenares de periódicos y revistas- desde hace cuatro años. Aquí habla de los límites de la libertad de expresión.

Pregunta. ¿Qué es un periodista hoy?

Respuesta. Lo que ha sido siempre. Alguien dispuesto a descubrir hechos pertinentes y a publicarlos, y listo también para debatir opiniones e ideas y para influir en la opinión pública.

P. ¿Sus límites?

R. Los que establece la ley en las democracias.El principio básico es que la libertad de expresión no se puede utilizar para dañar a otros o para atentar contra la integridad de otras personas.La libertad de expresión no es privilegio de los periodistas: es de todos los ciudadanos.

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P. El periodista no está libre de influencias.

R. Nunca lo ha sido: la religión, la política, el comercio. Hace cien años, en mi país la prensa diaria estaba fuertemente politizada; los periodistas eran de partido. La influencia de los políticos ha disminuido, pero la influencia comercial es muy fuerte. Es un peligro que los periódicos no sean activados por las ideas sino por el comercio. Es un riesgo serio que los editores quieran vender y no debatir. Lo que también es cierto es que cada vez hay más medios de comunicación, al frente de los cuales no hay sólo profesionales, interesados en propagar sus ideas, principalmente, en Internet.

P. Que se juzga como un nido de rumores y de informaciones sin confirmar.

R. Sí, hay problemas con Internet. Para el usuario es difícil discernir si es cierta o no la información que recibe por ese medio, y recurre a la prensa escrita para verificarla. Es también un problema legal que ha de afrontarse internacionalmente, y me parece que resultará difícil hallar un reglamento mundial para prevenir o para multar el mal uso de Internet como soporte informativo.

P. Se ha hecho paradigmático el caso de la periodista norteamericana Judith Miller, acusada por su propio periódico de propiciar información que beneficiaba al Gobierno de Bush.

R. Eso no podía ocurrir en Suecia. No hubiera habido cárcel para ella. Pero me parece extraño que The New York Times la apoyara mientras estaba en prisión y la denunciara públicamente cuando la soltaron. Esas cosas se manejan internamente.

P. ¿Cuáles son hoy nuestros pecados profesionales?

R. El buen periodismo exige respeto a la verdad, a la justicia, y ejercicio de empatía: es decir, comprensión de las debilidades de la gente, aunque no nos gusten sus actitudes. Hacer compatible la verdad y la justicia es fácil; lo que resulta difícil es que los hombres seamos compasivos, que entendamos de veras que los demás merecen respeto aunque no los queramos.

Olle Stenholm, en Madrid.
Olle Stenholm, en Madrid.BERNARDO PÉREZ

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