La revuelta en los suburbios de París se extiende a otras ciudades de Francia

La revuelta urbana que se vive desde hace más de una semana en la periferia de París se extiende como una mancha de aceite a otras ciudades francesas. Los disturbios salpicaron la noche del jueves a las poblaciones de Dijon (al este del país), Ruán (al norte) y la región de Marsella, al sur. Los actos de violencia se saldaron con la quema de 27 autobuses, 519 coches y la destrucción indiscriminada de oficinas de correos, supermercados y escuelas. El incidente más grave ocurrió en Sevran, localidad de los alrededores de París, cuando una mujer minusválida de 56 años estuvo a punto de perder la vida al ser alcanzada por dos cócteles molotov arrojados en el autobús de línea en el que viajaba.

La estrategia de los violentos ha cambiado. Los manifestantes que se enfrentaban a la policía en protesta por la muerte de dos chicos el 27 de octubre han dado paso a piquetes incendiarios que lanzas sus ataques de noche. Como consecuencia de los incidentes, hasta 28 líneas de autobuses de la periferia de París han sido suspendidas, así como la línea de trenes de cercanías que une París con el aeropuerto Charles de Gaulle.

El primer ministro francés, Dominique de Villepin, recibió anoche a unos 15 jóvenes, de entre 18 y 25 años, procedentes de los barrios más conflictivos de la periferia parisiense y les prometió un "plan de acción" para las zonas más degradadas.