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Crítica:'LIED'
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

La concentración imposible

Debía venir el bajo-barítono alemán Thomas Quasthoff con la mosca detrás de la oreja, seguramente porque la memoria suele ser buena consejera, cuando antes de emitir la primera nota musical de La bella molinera rogó con simpatía al público que procurase no toser entre canción y canción. "Son tan bonitos estos lieder...", dijo a modo de justificación. El milagro del silencio alcanzó a los tres o cuatro primeros. Después, las toses, los ruidos empezaron a subir de volumen en las pausas y aquello fue alcanzando categoría de algarabía. Una parte del público pedía silencio pero no había manera de parar el estruendo de la batalla. Eran toses lanzadas sin piedad, agresivas, profundamente insolidarias con quien quería escuchar la maravillosa obra de Schubert en unas condiciones dignas. Quasthoff ponía caras de resignación, de asombro, de desolación. Pero resistía, seguía cantando. Sonaron imparables teléfonos móviles en los momentos más inoportunos y hay quien incluso empezó a aplaudir antes del final para mayor desesperación del cantante. El espectáculo fue bochornoso, de una indignante falta de respeto a los artistas y al resto del público. Al final se escucharon muchos bravos, tantos, que el bajo-barítono se sintió con fuerzas para volver a dirigirse al público manifestando que no podía comprender el griterío de toses que le había acompañado durante el recital. Se reafirmaron los aplausos. Era un desahogo inútil. Del concierto se salía con una sensación amarga. Se había roto todo tipo de atmósfera, de concentración. Uno puede comprender que haya una docena o dos de personas que sufran algún ataque esporádico de tos. Lo que es inexplicable es la violencia sonora con que los manifestaron anteayer.

La bella molinera

De Franz Schubert. Con Thomas Quasthoff (canto) y Charles Spencer (piano). Ciclo Ibermúsica, serie Barbieri. Auditorio Nacional. Madrid, 3 de noviembre.

En estas condiciones, cantar bien es muy difícil, pero, a pesar de todo, Thomas Quasthoff consiguió momentos conmovedores en canciones como Tränenregen, Die liebe Farbe o, contra viento y marea, en Des Baches Wiegenlied. El cantante alemán volvió a mostrar hondura y serenidad, seriedad y ternura. Le acompañó con criterio Charles Spencer al piano. La continuidad, la idea global del ciclo es más difícil de precisar, tal y como estaba el ambiente.

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