Zaplana acusa de "cobardes" a los socialistas que no frenan la reforma

El PP reunió ayer en Barcelona a sus parlamentarios para escenificar que su total rechazo al proyecto de reforma del Estatuto se conjuga con un ferviente apoyo a Cataluña. Todos enfilaron una diana común: José Luis Rodríguez Zapatero, "responsable de ese disparate". Eduardo Zaplana extendió esta responsabilidad a "la cobardía de muchísimos dirigentes del PSOE" que critican la reforma pero no plantan cara al jefe del Gobierno. Javier Arenas llegó a decir que hasta ahora sólo ETA rompía las reglas de juego. La reunión continúa hoy.

"Sólo se puede llamar cobarde a quienes dicen una cosa y luego hacen la contraria. A quienes critican con dureza y luego no obran en consecuencia", clamó Zaplana para censurar a los dirigentes socialistas que, en público o en privado, coinciden con el PP en que "el proyecto es inconstitucional y muy lesivo para Cataluña y para España". Según Zaplana, son muchos los dirigentes socialistas que les han trasladado que el proyecto es "inasumible" y que sólo podría solucionarse con un acuerdo de los dos grandes partidos. El portavoz del PP les llamó tres veces "cobardes" porque "no sean capaces de reaccionar ante estas decisiones".

Antes que Zaplana, Ángel Acebes, número dos del PP, había dado por hecho que el presidente del Gobierno, por la "superficialidad" con la que aborda los problemas, pactará con sus socios "una gran operación de maquillaje" del nuevo Estatuto. Lo aprobarán y ese texto "será un semillero de conflictos, de divisiones, por la interpretación que cada uno quiera aplicar". Ese "multiplicador de conflictos", según Acebes, dañará a la economía catalana por "el intervencionismo del texto, la burocratización de las relaciones económicas, el clientelismo que propugna y, sobre todo, por la mucha inestabilidad política que ya ha comenzado".

La solución que propugnaron después dirigentes populares como Josep Piqué, presidente del PP catalán; Francisco Camps, presidente de la Generalitat valenciana, o Javier Arenas, líder de los populares en Andalucía, fue "recuperar el pacto constitucional", es decir, que el Estatuto se reescriba con un "gran pacto" entre socialistas y populares. Sólo así quedaría garantizado su total encaje en la Constitución y perdería "el componente orgiásticamente intervencionista" que, según Piqué, tiene el proyecto.

Durante todo el día, el argumento recurrente fue que el Estatuto es un "proyecto nacionalista" que responde "al programa político de ERC e ICV", los dos socios del PSC en el Parlamento catalán, pero que es "incomprensible" que lo apoye el PSOE.

Acebes y Jaime Mayor dieron dos razones para explicar ese apoyo. Acebes mantuvo que Zapatero busca la extensión del Pacto del Tinell, el acuerdo del Gobierno tripartito de Cataluña, "que prohíbe llegar a ningún acuerdo con el PP".

Mayor afirmó que el nuevo Estatuto es "un paso más en la ofensiva nacionalista" que "empezó con el Pacto de Estella y siguió con el Pacto de Perpiñán". El siguiente paso, pronosticó, será una tregua por parte de los terroristas: "Ahora vendrá la negociación del Gobierno con ETA".

Arenas, sin llegar a ligar a ETA con la aprobación de la reforma del Estatuto por parte del Parlamento de Cataluña, sí mencionó a la banda en su argumentación. Dijo que durante décadas sólo ETA, con sus atentados, rompía las reglas de juego. Y ahora "algunas instituciones democráticas", en referencia a la Cámara catalana, "plantean una ruptura de las reglas de juego democrático proponiendo reformas de la Constitución encubiertas a través de reformas de estatutos".