0,013 % de dignidad

He visto la película del director vasco de cine Iñaki Arteta Trece entre mil. Nos pone brutalmente ante la realidad de las víctimas del terrorismo. Sin concesiones ni miramientos. Sin lenguajes políticamente correctos, educados y convenientes, tan comunes hoy en nuestro entorno y que solo sirven para disimular hipócritamente nuestras miserias. No deja lugar a dudas, no se puede mirar para otro lado y hacer como que no pasa nada. No. Nos coloca frente a una situación terrible: el sentimiento de soledad y abandono por parte de los familiares de los asesinados; el desistimiento institucional y la falta de arrope, cariño y medios con que les prodigamos desde nuestras instituciones y gobiernos. Es espeluznante. No es soportable por más tiempo.

Hay que crispar, sacudir las conciencias adormiladas, para generar la catarsis necesaria que conduzca a una sociedad más justa. No basta solo con defender el derecho a la vida, la libertad, los valores de ciudadanía...; en definitiva, los derechos humanos. Es fundamental un mayor y más eficaz reconocimiento a las víctimas para, de una vez, poder acabar con ETA derrotándola, no pactando.

Necesitamos llenar de dignidad a la sociedad vasca y a sus instituciones, que hoy no la tienen. Transformar ese mediocre y terrible 0,013% hasta conseguir que llegue al 100 % de decencia e integridad; y para ello hay que exigir a nuestros poderes públicos un constante arrope y atención a las víctimas del terrorismo. Tenemos creada una Oficina de Ayuda a las Víctimas, que no ayuda, que solo sirve para que el Gobierno vasco se lave las manos, proyecte imagen y no se le vea en ningún sitio. Vayan a ver la película, porque es necesario para no perder el contacto con la realidad y para encauzar adecuadamente el rayo de esperanza que dejan entrever al final Iñaki Arteta y su equipo. Gracias por vuestro trabajo.