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Reportaje:

La 'Málaga cantaora' se desquita

'Málaga en flamenco' reivindica la influencia de la provincia en el cante jondo y desafía una tradicional carencia de figuras relevantes

Un fecundo nicho de mercado. La Málaga cantaora de Manuel Machado ha descubierto por fin este otoño el actual filón, arraigo y vigor de lo jondo en vivo gracias a su nueva bienal Málaga en Flamenco. "Más vale tarde que nunca", apunta profeta y socarrona la cantaora Cañeta de Málaga.

Una afición aletargada ha despertado, a menudo se ha colgado el no hay billetes, y algunos espectáculos han doblado sus sesiones ante la fértil demanda. Una sorprendente respuesta de un público diverso, a la vez místico y bullicioso: aficionados cultivados, familias al completo, pero también pandillas de jóvenes universitarios inquietos. Una mezcolanza tan inaudita como que una apuesta con rigor haya tardado tanto en aparecer. La receta ha arropado a la nueva sabia con primeras figuras como Carmen Linares y Paco de Lucía en 210 espectáculos, conferencias y exposiciones.

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El certamen ha puesto empeño en luchar por los artistas de la zona que hasta ahora se han visto abocados a emigrar: "Que los jóvenes artistas se vayan de aquí ya; en Málaga no hay infraestructura para cuajar. Si pasan los años y no dan el salto, acabarán perdiéndose". Gonzalo Rojo, presidente de la peña Juan Breva, era pesimista y rotundo hace cinco años. El principio del cambio parece que ya ha llegado. La bienal puede servir de acicate para que el impulso institucional haga despertar a la iniciativa privada, ya que las posibilidades de atraer a patrocinadores y a un público sediento de figuras sin la etiqueta de emigrantes al dorso, son muchas. "Aunque nos guste a rabiar el flamenco, no hemos tenido iniciativa. La bienal es un aldabonazo en la conciencia de los aficionados y ahora hay tortazos por entrar", responde Rojo un lustro después, ilusionado ante este renacer.

El coreógrafo Paco Mora subió el telón el pasado 14 de septiembre con su espectáculo Málaga, y destacaba la entrega de sus bailaores: "Son de arcilla y se dejan moldear. Después de muchas broncas, se han roto los pies sobre el escenario". La flexibilidad es condición imprescindible para abrir grandes puertas y armar el taco en el baile, y Mora decidió exprimir a sus pupilos. "He asistido a ensayos muy disciplinados. Se han puesto las pilas y son conscientes de que la competencia vigila", aclara Rojo. Pero el público melómano no ha sido exclusiva de los artistas, e incluso conferencias -tan frecuentemente identificadas con discursos tediosos- han contado con numerosa asistencia apasionada y cómplice.

"Es muy interesante que por fin Málaga se mire a sí misma", explica la antropóloga Cristina Cruces. Desde que arrancó hace mes y medio, al inédito itinerario le han brotado algunos baches como su excesiva duración y la calidad del sonido, pero éstos no han frenado la velocidad de crucero, acogida y repercusión de sus espectáculos. En el ecuador de la bienal, Fosforito recibió la mítica Llave de oro mientras explicaba: "Ahora en Málaga no tendrán oportunidad de quejarse, y compartirán escenario con los grandes. Arrancar cuesta, pero la ciudad irá a más y cogerá su sitio porque la semilla ya está puesta".

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