La costa del bisturí

La muerte de la primera dama de Nigeria, Stella Obasanjo, tras someterse a una liposucción en una lujosa clínica de Marbella ha colocado a la ciudad y al sector de la cirugía estética bajo el escrutinio público. El protagonismo ha recaído sobre la Molding Clinic, en Puerto Banús, que alberga una quincena de habitaciones de "alto standing", según su página web, y donde se realizan tratamientos que prometen rejuvenecer la piel 20 años sin bisturí. Pero la Molding es sólo la cara más glamourosa de un mercado más amplio y difícil de controlar.

"Otro mundo". "Muy complejo". "Batiburrillo terrible", son las descripciones de tres cirujanos plásticos sobre la oferta estética de la Costa del Sol, una de las más abundantes de España. Cirujanos acreditados, cadenas como Corporación Dermoestética, o clínicas de lujo conviven con profesionales, titulados o no, atraídos por los residentes extranjeros y el dinero fácil.

Hay dos fenómenos: cirujanos foráneos e intrusismo. A veces se mezclan. "Hay cirujanos extranjeros jubilados que vienen aquí y abren consulta", explica Manuel Sánchez Nebreda, presidente de la Fundación Docente SECPRE (Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética).

Normalmente, son alemanes, holandeses o franceses, con una actividad poco intensa y centrada en la comunidad extranjera, aunque a veces operan a pacientes que viajan ex profeso. En clínicas como la del francés Roger Amar, los pacientes foráneos son el 40%.

También puede suceder que cirujanos de otros países vengan a operar exclusivamente en fin de semana. "Algunos tienen cierto renombre, pero otros son desconocidos. Tienen aquí un agente, que les busca clientes, y cuando tienen un grupo, les avisan y se les opera en clínicas concertadas", cuenta Luis Rioja, presidente de la Sociedad Andaluza de Cirugía Plástica (SACP). En general, los profesionales consultados creen que son casos puntuales, y que no hay problema, siempre que los cirujanos foráneos tengan título y lo convaliden.

El intrusismo es más grave, y no es exclusivo de Marbella. Por un lado, gente sin titulación hace intervenciones baratas en pisos o peluquerías. Por otro, la ley española, desde 2003, sólo autoriza a realizar operaciones quirúrgicas, como son el aumento de mamas, el lifting o la liposucción, a los cirujanos plásticos, estéticos y reparadores. Pero hay, además, médicos con cursos, másters, o años de experiencia en estas técnicas, que operan, y a los que los cirujanos plásticos consideran intrusos.

"Cuando hay un problema, no saben cómo resolverlo", opina José Manuel Pérez Macías, presidente de la SECPRE. Muchas operaciones se realizan con anestesia local en clínicas pequeñas, sin medios. "Veo casos de mala praxis", dice Alfonso Abad, jefe de Cirugía Plástica del hospital malagueño Carlos Haya.

El problema es la falta de datos reales, y por tanto, de control sobre el mercado ilegal. Según la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía, de los 50 centros autorizados en la provincia de Málaga, 16 están en Marbella y 12, en otras localidades costeras. En el Colegio de Médicos de Málaga figuran 40 cirujanos plásticos.

De enero a septiembre, Salud sólo ha recibido dos denuncias contra clínicas de estética en la provincia. Fuentes de la Junta consideran que el sector está en orden, después de que en 2002 se desarrollara una campaña de inspecciones, que acabó con multas a 20 clínicas. Pero las denuncias van por vía judicial, y muchas acaban con acuerdos con las aseguradoras, explica Carmen Flores, presidenta de la Asociación de Defensa del Paciente (Adepa).