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Reportaje:FÚTBOL | Internacional

Hoyzer, culpable a medias

El árbitro alemán acusado de amañar partidos reconoce los hechos, pero niega ser el líder de la red de apuestas que organizó el fraude

Robert Hoyzer, el árbitro de 26 años suspendido a perpetuidad por la Federación Alemana de Fútbol (DFB) por manipular partidos en beneficio de una banda de apostantes croatas, reconoció ante el tribunal que le juzga en Berlín que la acusación del fiscal por estafa en 11 casos es cierta a grandes rasgos. Al mismo tiempo, Hoyzer negó ser el instigador de los planes para manipular los resultados, tal como declaró otro de los acusados en el proceso, el croata de 29 años Ante Sapina, a quien la prensa llama El padrino de la mafia de las apuestas.

Los tres hermanos Sapina, Ante, Milan y Filip, croatas propietarios del Café King en el centro de Berlín oste, junto a Hoyzer y su colega de arbitraje Dominik Marks y el ex futbolista Steffen Karl, comparecen ante la justicia alemana acusados de estafa cometida por una banda organizada que puede llevar una pena máxima de hasta 10 años de cárcel. Hasta un total de 23 partidos de categorías inferiores manipulados aportaron a los Sapina ganancias que el fiscal estima en dos millones de euros. La empresa estatal de apuestas Oddset es la principal afectada por el fraude y podría exigir daños y perjuicios a los acusados.

El colegiado recibió 60.000 euros en sobornos y un televisor de plasma

La mayor hazaña del árbitro acusado Hoyzer fue en el Paderborn-Hamburgo disputado en agosto de 2004 perteneciente a la Copa alemana. El Hamburgo, equipo de la Bundesliga que eliminó al Valencia español en la Copa de la UEFA de este año, cayó sorprendentemente eliminado ante el Paderborn, de Tercera División (4-2), tras ir por delante en el marcador con un 0-2. Para llegar al 4-2 final, Hoyzer pitó dos penaltis y expulsó al delantero internacional belga del Hamburgo, Emile Mpenza. El fraude resultó rentable. Ante Sapina ganó 750.000 euros en la apuesta. Hoyzer se llevó 20.000 en pago a sus importantes servicios.

Ante el tribunal berlinés, Hoyzer compareció cada día con un traje diferente. Vestido de elegante terno y corbata, Hoyzer reconoció su culpa y admitió que como árbitro ganaba unos 3.000 euros al mes. La fiscalía le acusa de haber percibido por los sobornos un total de 60.000 euros, más una televisión con pantalla de plasma. No obstante, Hoyzer negó la acusación del mayor de los Sabina, que le calificó de "alma gemela" y le sñelaó como el instigador del fraude para ganar en las apuestas. Declaró Hoyzer que Sabina le había contado cómo sobornó a un tenista croata en un torneo para dejarse ganar, y que en otra ocasión, en Nochevieja, al regreso de un viaje a Grecia se presentó con un saco que contenía centenares de miles de euros.

Ante Sabina pidió perdón en el juicio por el daño causado al fútbol alemán y con voz llorosa al hablar de su madre trató de exculpar a sus hermanos. Sapina ha presentado al juez un dictamen psiquiátrico que certifica su condición de ludópata. Esto podría tener consecuencias para aminorar la condena que le imponga el tribunal que le juzga. El proceso continúa.

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