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Reportaje:

Marginación en la cuneta

Empresarios de un polígono de Málaga estudian implantar la videovigilancia para combatir la prostitución y la inseguridad

Idaira ha tomado su nuevo nombre del de una de las concursantes de Operación Triunfo. Ahora se llama así porque donde trabaja nadie pregunta por su verdadero nombre. Idaira es una joven ecuatoriana de 23 años que vive en Málaga desde hace dos. No tiene permiso de residencia, y desde la pasada primavera, ofrece sus servicios en la vía principal del polígono industrial Guadalhorce, en la zona oeste a las afueras de la ciudad.

Pese a lo temprano de la hora, pues no pasan muchos minutos del mediodía, Idaira ya ha tenido la visita de tres clientes, dos de ellos habituales. A los tres los ha acompañado en sus vehículos a una calle sin salida que se encuentra en medio del polígono, muy transitado desde primeras horas de la mañana. Eran trabajos de más larga duración, porque lo normal es que Idaira, como la mayoría de sus decenas de compañeras de arcén, no se aleje demasiado de la vía principal para atender a sus clientes. Éstos suelen requerir un servicio rápido, que se solventa aparcando el coche detrás de alguno de los arbustos que actúan de mediana en la cuneta entre la vía principal y las adyacentes.

Poco después del mediodía, Idaira, de 23 años, ya ha atendido a tres clientes
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La joven asegura que aún no ha tenido ningún susto ejerciendo la prostitución en este polígono. Ignora que hace no mucho, en diciembre de 2003, una chica nigeriana de 23 años, Patience O., fue estrangulada tras recibir una brutal paliza por un albañil malagueño de 30 años, que abandonó su cuerpo en Campamento Benítez. La Fiscalía solicitó una pena de 14 años de prisión para el detenido. "Nos cuidamos unas a otras, no tenemos otro remedio", dice tímida tras conocer la noticia. Tampoco sabe que muchos empresarios del polígono han elevado sus quejas a las autoridades para que acaben con el ejercicio de la prostitución callejera en el Guadalhorce, pues consideran que el comportamiento de algunas de estas mujeres dañan la imagen de sus negocios.

A estos empresarios los representa Julio Gutiérrez, presidente de la Asociación Provincial de Polígonos de Málaga (APP). Gutiérrez asegura que las quejas de los empresarios no son un ataque a las prostitutas, sino una llamada de atención a las autoridades sobre el progresivo deterioro que sufre este núcleo industrial de cerca de tres millones de metros cuadrados en el que se ubican más de 800 empresas.

"Lo de la prostitución es un problema endémico. Sabemos que las chicas que ejercen son víctimas de redes que las obligan a realizar ese desgraciado trabajo en condiciones nada higiénicas ni seguras. Por eso, lo que hemos pedido al subdelegado del Gobierno [Hilario López Luna] es que intensifique aún más la vigilancia policial en la zona, para disuadir a los proxenetas que las llevan allí y a los clientes, ya que creo que es más un problema de demanda que de oferta", explica Gutiérrez.

El representante de los polígonos malagueños recuerda que tras el asesinato de la nigeriana Patience, la policía consiguió apartar de la calle a un gran número de sus compatriotas, la mayoría sin papeles a las órdenes de un proxeneta, o cómo hace unos años se logró desmantelar otro núcleo de prostitución junto a una gasolinera cercana.

A esta solución se adscribe Paula Mandillo, de la Asociación Mujer Emancipada, que presta atención social a las meretrices. Mandillo aboga por que se apliquen políticas para erradicar la prostitución. "Hay que multar al cliente y perseguir al proxeneta, ya que la prostituta no es más que la víctima de esta historia. En Suecia se ha visto que esta política es efectiva y que la disminuye", explica.

Como medidas inmediatas, Mandillo pide una mayor presencia policial que garantice la seguridad de estas mujeres. "El 90% son inmigrantes sin papeles del Este de Europa y subsaharianas que se ven solas y desprotegidas y que arriesgan su integridad cada vez que se suben a un coche. Al menos así, si no las detienen a ellas, se sentirán más protegidas y los clientes no se arriesgarán a cometer actos violentos contra ellas", indica.

El presidente de la APP ha planteado la posibilidad de establecer en el polígono una red de videovigilancia similar a la que se prevé para el centro de la capital como medida disuasoria contra los que buscan sexo en el polígono. "No sería nada costoso, porque la mayoría de las empresas ya cuentan con cámaras de seguridad. En seis meses estaría funcionando y nos ayudaría a combatir además los robos y otros actos delictivos que se dan en las calles, como el menudeo de drogas", indica Gutiérrez, quien espera una respuesta de las autoridades.

Para el responsable de los empresarios de los polígonos malagueños, la prostitución no es el único problema de deterioro que padecen. Gutiérrez se queja del abandono de las administraciones locales en temas como el estado de las carreteras, los accesos o la suciedad de las calles. "El Ayuntamiento ha anunciado un plan de mejora para los polígonos que esperamos no quede en política de imagen", dice, "aunque lo que debería hacer es crear una concejalía específica para los polígonos industriales, porque somos como una pequeña ciudad en la que hay unas 5.000 empresas y en la que a diario viven más de 50.000 personas".

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