Jiménez sigue desterrado
Akasvayu gana a Estudiantes, que de nuevo prescinde de su mejor jugador
Estudiantes tiene un jugador fantasma. Calienta con la cabeza gacha, sin intensidad, mientras escucha cómo los cánticos de la grada, ésas canciones que antes le animaban, se han transformado en desprecio: "Jiménez pasa la mopa", le pedía ayer La Demencia, la afición del Estudiantes, durante el partido que su equipo perdió contra el Akasvayu. Carlos Jiménez quiere fichar por el Madrid. Y su castigo es el destierro al último asiento del banquillo, no jugar ni un solo minuto, como ayer o la pasada jornada frente al Barça.
Estudiantes vive tiempos de zozobra. Juan Antonio Orenga, el entrenador, ha decidido prescindir de su mejor jugador, de Jiménez, porque cree que no está centrado, que no se entrena bien, que le puede su deseo de fichar por el Madrid. El jugador reconoce que no siempre "puede estar por encima de las circunstancias". Cuando hay tiempo muerto es el último en unirse al grupo, el más alejado de la pizarra del entrenador. Sabe que no va a jugar.
ESTUDIANTES 88 - AKASVAYU GIRONA 96
Estudiantes: Rodríguez (4), Suárez (21), Jasen (18), Bueno (15) y W. McDonald (15) -cinco inicial-, Azofra (5), Miso (0), Iturbe (2) y Vidaurreta (8).
Akasvayu Girona: A. McDonald (22), Salenga (14), Kammerichs (21), Gabriel (2), Thompson (6) -cinco inicial-, Vázquez (7), Myers (10), Udrih (2), Glover (3), Espinosa (2) y López (7).
Árbitros: De la Maza, Redondo y Cardús. Expulsaron a Iturbe, Bueno, Myers, Gabriel y W. McDonald.
Unos 7.500 espectadores en el Madrid Arena.
1º CUARTO: 22-31
2º CUARTO: 25-15
3º CUARTO: 13-24
4º CUARTO: 28-26
Mientras Jiménez busca su sitio, su equipo lucha por no hundirse en la tormenta desatada por sus deseos de cambiar de acera. Estudiantes es un equipo confundido. Triste. Juega a la espera de que alguien decida tomar las riendas y mandar. Unos esperan a Suárez y Sergio Rodríguez (autores ayer de las acciones más espectaculares de su equipo), pero son jóvenes y su momento todavía no ha llegado. Otros esperan a Azofra, el mito de Magariños, pero puede que su momento ya haya pasado. En medio, el equipo sólo ofrece garra, alocados contraataques y pasión. Actitud. Demasiado poco cuando en frente está el Akasvayu Girona, el equipo de las estrellas, un conjunto al que le sobran centímetros y muñecas precisas, vertiginoso en la transición, acertado en el triple y con un banquillo que más bien parece el armario de una modelo. No tiene fondo.
Al Estudiantes, que ha perdido los cuatro partidos que ha disputado en lo que va de Liga, le faltan años en el banquillo.
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