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Reportaje:FÚTBOL | Undécima jornada de Liga

El dormilón de Luis Aragonés

Güiza, que triunfa en el Getafe en su debut en Primera, llegó a dormirse en una charla del seleccionador cuando dirigía al Mallorca

José Marcos

Devoto, "como buen andaluz", de la manzanilla, los tablaos y Francisco Narváez, Kiko, Daniel Güiza (Jerez de la Frontera, Cádiz; 25 años), es uno de los pistoleros más prolijos del Getafe. "¡Vaya pareja mortal que forma con Riki! ¡Donde ponen el ojo ponen el balón!", apunta con sarcasmo Diego Rivas.

"No me van mal las cosas. A ver si seguimos la racha", confiesa Güiza, que siembra el caos en el campo con su nariz de ave rapaz y su habilidad para el desmarque. Un don que adquirió en las calles y en el colegio, donde su obsesión por el fútbol incluso le convirtió en conflictivo. "¿Que si me llevo libros a las concentraciones? ¡Si a mi me echaron en quinto! Quita, quita, lo mío es la PlayStation", espanta el delantero.

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"Si Riki es la rapidez, Güiza es la inteligencia", expone Pernía. "Tiene madera de artista y es listo, el típico hombre del sur. Me gusta", sentencia su entrenador, Bernd Schuster. Poco puede decir el futbolista de los dos años que el técnico alemán dirigió al Xerez. "Lo único que sé es que en Jerez todo el mundo estaba contento con él y con su trabajo", resume.

Los elogios "no inquietan" al jerezano, que insiste en su condición de humano. "Tengo los pies en el suelo", recalca el punta, que cada vez que marca imita la celebración del arquero de Kiko. "Así le homenajeo. Venía a entrenarnos un día por semana cuando era benjamín en el Liberación. Desde entonces fue mi gran maestro futbolístico y, por supuesto, mi ídolo", resume con el pecho henchido. De momento, lleva cuatro dedicatorias -los mismos goles que Riki-, todas en el Coliseum Alfonso Pérez y con la pierna derecha, frente al Athletic, el Mallorca y el Zaragoza.

Sus goles responden al mismo patrón: un balón largo y él husmea el hueco, busca y encuentra la espalda de los centrales y, luego, "a marcar con grasia". "Si le pones un centro bueno, hará una de sus diabluras en el área", cuenta el otro argentino del grupo, Matellán. Tanto él como Pernía reconocen que en partidos como el del Valencia era difícil repetir la jugada. "Porque se la habían estudiado a fondo, quillo", sintetiza Güiza.

Las tertulias de los bares reclaman a su favor una oportunidad en la selección española. Schuster es más cauteloso. "Espero que Luis no le llame aún. Es demasiado pronto para él porque acaba de empezar". Al alemán no le gustan las prisas: "Tiene mucho futuro, pero debe adaptarse a Primera. No hay prisa para que sea internacional".

"No creo que la Primera me haya llegado tarde. Creo que ha sido la oportunidad más grande que me han dado. Ya debuté con el Mallorca, pero no es lo mismo". Luis ya le conoce, de sus tiempos en el club balear. También se cuenta que Güiza se dormía en sus charlas técnicas. El punta, pícaro como el Lazarillo de Tormes, no lo niega. Allí marcó un gol en siete partidos, cifra irrisoria porque se repartieron, como el agua en el desierto, en tres temporadas. Esta campaña ha disputado, siempre como titular, todos los encuentros de la Liga. Y también le ha piropeado el Udinese.

Su fichaje fue uno de los que más expectativas levantó en el organigrama del Getafe. La entidad que Ángel Torres preside pagó al Ciudad de Murcia 800.000 euros, la mayor cantidad abonada por el club madrileño. Un dinero en consonancia con los 36 goles con los que el andaluz se destapó en sus dos años en Segunda: "Me motiva saber que han pagado ese dinero. Es todo un reto para mí".

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Sobre la firma

José Marcos
Redactor de Nacional desde 2015, especializado en PSOE y Gobierno. Previamente informó del Gobierno regional y casos de corrupción en Madrid, tras ocho años en Deportes. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense y Máster de Periodismo de EL PAÍS. Trabajó en Starmedia, Onda Imefe y el semanario La Clave.

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