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Klinsmann da su brazo a torcer

Los directores de los clubes fuerzan al seleccionador a formar un grupo de trabajo para afrontar la crisis de Alemania

El seleccionador de Alemania, Jürgen Klinsmann, de 41 años, y los directores deportivos de los clubes de la Bundesliga acordaron ayer, en Francfort, crear un grupo de trabajo para afrontar la crisis del equipo nacional a ocho meses del Mundial. Los pesos pesados de los equipos -Uli Hoenes, del Bayern Múnich; su hermano Dieter, del Hertha Berlín; Klaus Allofs, del Werder Bremen, y Rudi Assauer, del Schalke, entre otros- han criticado con dureza la gestión de Klinsmann y el primero de ellos calificó la situación de "catastrófica".

La selección no carbura. Uli Hoeness dice que marcha tan mal como el país. Tras el espejismo de la Copa de las Confederaciones, en junio, volvió a las andadas: juego lamentable y un coladero en la defensa. Klinsmann se ha convertido en blanco de los ataques. Se le acusa de residir en la soleada California, viajar a Alemania sólo de vez en cuando y no seguir al pie del cañón la Bundesliga. A esto se añade la indignación por los reproches de Klinsmann a la condición física de los futbolistas y la introducción de métodos de entrenamiento insólitos con preparadores de Estados Unidos. Además, se le cuestiona por no tener un núcleo duro del once ideal y haber sembrado la inseguridad en los porteros con la rotación entre Kahn, de 36 años, del Bayern Múnich, y Lehmann, de 35, del Arsenal.

Lo de residir en California molesta. El ex técnico Udo Lattek preguntó días atrás en un programa de televisión al presidente de la federación, Gerhard Mayer-Vorfelder, quién paga sus vuelos en primera clase, cuyo coste se estima en 250.000 euros anuales. Klinsmann, casado con una estadounidense, replica que no piensa trasladarse con su familia. Reconoce, eso sí, que no estuvo fino al regresar a toda prisa a California el pasado día 12 tras el partido contra China, que Alemania ganó por 1-0 y de penalti. Argumenta que su homólogo de Japón, Zico, vive en Río de Janeiro y que el de Brasil, Carlos Alberto Parreira, tiene menos oportunidades que él de ver a sus futbolistas europeos.

Defiende Klinsmann la rotación en la portería y asegura que ha mejorado el rendimiento. Ayer dejó claro que "Kahn es el número uno". La falta de un núcleo duro la justifica con las lesiones y añade que la defensa mejorará con la recuperación del central Metzelder, del Borussia Dortmund, y del lateral izquierdo Lahm, del Bayern Múnich. Sobre la condición física parece dispuesto a ceder, pero dice necesitar gente capaz de luchar a tope los 90 minutos.

En la cumbre de ayer se cruzaron palabras fuertes y subidas de tono. Uli Hoeness abandonó sin abrir la boca la reunión antes del final. Lo mismo ocurrió con el presidente del Colonia, Wolfgang Overath. Al final, el presidente ejecutivo del Bayern, Karl-Heinz Rummenigge, se encargó de templar gaitas y apeló a que no se discuta más a través de los medios de comunicación por el bien del fútbol alemán. Como única medida se acordó crear un grupo de trabajo. Siempre se hace a falta de soluciones concretas.

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