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Los peritos dicen que King es un psicópata, pero mantiene su capacidad de entender y obrar

El asalto fue "brutal", pero no se puede demostrar la agresión sexual, según los forenses

Cecilia Jan

Tony Alexander King es un psicópata con un trastorno antisocial de la personalidad, que le hace anteponer su beneficio personal sin valorar los daños que pueda hacer a otros, según los forenses y la psicóloga que le entrevistaron. Sin embargo, los expertos consideran que el británico no es un enfermo mental, sino que mantiene la capacidad para entender y obrar, y puede responder penalmente por los hechos. En la cuarta jornada del juicio por la muerte de Sonia Carabantes, los peritos describieron las lesiones que sufrió la joven, fruto de la "brutalidad del asalto".

Los forenses que elaboraron el informe psiquiátrico sobre King insistieron ayer, ante la Audiencia Provincial de Málaga, en que pese al trastorno del británico, "en modo alguno sus capacidades cognitivas y volitivas están alteradas". "Lo que King padece no es una enfermedad, es una forma de ser. Es lo que se llama psicopatía. Para nosotros, es un psicópata con un trastorno antisocial", explicó un perito.

Algunos de los rasgos esenciales de este trastorno son la ausencia de sentimiento de culpa, el egocentrismo, la incapacidad de amar, la alteración para controlar los impulsos, la tendencia a manipular en beneficio propio o la incapacidad para mantener relaciones afectivas o laborales estables. Pero a preguntas de la defensa, otro perito precisó que el acusado tenía casi todos los rasgos, pero no alteración para controlar sus impulsos.

La psicóloga, que sostuvo seis entrevistas con King en la cárcel, explicó que no manifestó ningún arrepentimiento, y que la rehabilitación de personas con este trastorno es "casi nula", por lo que la reincidencia es "bastante probable". Retrató al británico como alguien con una "escala muy alta de fingimiento y simulación", ya que en los test contestó de forma que padecía todas las patologías.

Los médicos forenses que realizaron la autopsia de la joven de Coín describieron las lesiones que sufrió, al menos 15 externas y 22 internas, entre ellas varias fracturas, como la de la mandíbula, y todas en vida. El director del Instituto de Medicina Legal de Málaga, Antonio García de Gálvez, dijo que la agresión fue "continuada", con una "brutalidad grande" y ejercida con una "fuerza considerable", que causó un gran dolor a Carabantes, muerta en agosto de 2003.

Los forenses negaron que la joven fuera atropellada, pues no tenía lesiones en las piernas. Carabantes, de 17 años, trató de defenderse, como indican las lesiones en un brazo, pero probablemente perdió la consciencia, y pudo incluso sufrir una conmoción cerebral. Finalmente, murió estrangulada. El informe determina que la muerte se produjo muy cerca del lugar donde se halló su cadáver, en un paraje en el término municipal de Monda.

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Los forenses reconocieron que no se puede demostrar científicamente que hubo agresión sexual, aunque García de Gálvez matizó que no había "donde buscar", debido al avanzado estado de putrefacción del cadáver. El experto describió signos que apuntan hacia la agresión, como que el cuerpo estuviera desnudo de cintura para abajo, con el sujetador roto y con vestigios de lesiones en los pechos. Está previsto que el lunes próximo se celebre la última sesión del juicio.

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Sobre la firma

Cecilia Jan
Es redactora en la Unidad de Edición. Licenciada en Derecho y Empresariales (ICADE) y máster UAM/EL PAÍS, ha trabajado en secciones de este diario como Internacional, Portada y Sociedad. Creó el blog De Mamas & De Papas, es autora de 'Cosas que nadie te contó antes de tener hijos' (Planeta) y está especializada en literatura infantil y juvenil.

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