Los guardias civiles sostienen que Carabantes no fue atropellada, sino que fue agredida

Sonia Carabantes fue agredida con un golpe que la dejó inconsciente y no atropellada, según sostienen los guardias civiles que participaron en la investigación. Los agentes se basan en indicios como la falta de huellas de neumáticos en la calle donde desapareció la joven, a pocos metros de su casa, o los lugares donde se hallaron manchas de sangre. En la tercera jornada del juicio contra Tony King, los investigadores explicaron que las piedras que cubrían el cuerpo de Carabantes se podían mover con las manos, frente a la tesis de la defensa de que eran necesarias varias personas.

Los agentes que testificaron ante la Audiencia Provincial de Málaga explicaron su hipótesis de cómo sucedió la agresión a la joven de Coín, que tenía 17 años cuando murió, en agosto de 2003: Carabantes fue acorralada contra una furgoneta blanca en la acera de la calle del Pino, donde perdió un zapato. Después quedó inconsciente, probablemente por un golpe en la parte frontal de la cabeza. En el suelo se encontró, bajo la parte delantera de la furgoneta, una gran mancha de sangre, que indica que permaneció inmóvil.

Según los guardias civiles que llevaron a cabo la inspección ocular, la joven trató de protegerse con un brazo, pues presentaba "señales inequívocas de defensa", como heridas y arañazos, aunque perdió el conocimiento casi inmediatamente. La teoría es que fue introducida en el coche del agresor, donde Carabantes recuperó la consciencia y se defendió, e incluso gritó. Debido a esta lucha, aparecen pelos y restos biológicos en sus manos.

El abogado de King, Javier Saavedra, puso de relieve varias veces durante su interrogatorio que las hipótesis de la Guardia Civil no eran más que teorías subjetivas, sin apoyo en pruebas. Los testigos, por su parte, explicaron que para trabajar, elaboran esas deducciones lógicas a la luz de los indicios.

Uno de los investigadores razonó que el móvil de la agresión debió ser sexual, al aparecer el cadáver desnudo de cintura para abajo y con el sujetador roto. Otro agente, que tomó declaración a King, recordaba perfectamente algunas de sus manifestaciones. Así, el británico "reconoció su implicación no sólo en estos hechos, sino en otros", y explicó que "se sentía el cazador, y que las mujeres eran su presa". El acusado dijo que lo que perseguía no era tanto consumar la agresión sexual, sino abusar de las víctimas para "masturbarse con el recuerdo". Otro agente indicó que el británico llegó a decir que "sentía placer con este tipo de agresiones".

Varios guardias describieron el lugar donde fue encontrado el cadáver de Carabantes, en un paraje en el término municipal de Monda. Al parecer, el cuerpo, que tenía su camiseta enroscada alrededor del cuello, fue arrojado al descampado, y no arrastrado. Después, el agresor lo ocultó parcialmente colocando encima piedras, que se podían mover "con las manos". Según los guardias, se utilizó una grúa para retirar las piedras, pero más bien para analizarlas, y no por su peso.

Cerca del paraje donde apareció el cuerpo se halló un trozo de tulipa de un coche, con perfil genético de King. Según los restos analizados, ese trozo tenía el mismo perfil genético, de un varón, que el de una colilla hallada en un lugar relacionado con el crimen de Rocío Wanninkhof; y luego se comprobó que era el mismo que el de unos calzoncillos suyos. Dos agentes dijeron que las posibilidades de encontrar otro perfil coincidente de la misma forma que en la tulipa y la colilla son bajísimas.

También explicaron que en un dedo de la mano derecha, en el pliegue palmar izquierdo, en un cepillo hallado en el coche de King y en unas gasas se determinó la existencia del mismo perfil genético, mezcla de la víctima y de otra persona; y que la probabilidad de que en dicha mezcla colaborase el varón del informe anterior frente a cualquier otra persona es "abrumadora". En el cinturón central del asiento trasero del coche del procesado había sólo perfil genético, determinado como sangre, de Carabantes; además, sólo había sangre de la víctima en las inmediaciones y en el suelo donde, supuestamente, ocurrieron los hechos.

Al principio de la sesión, y con las cámaras aún presentes, King dijo que cada vez que ha acudido al juzgado, una persona le ha amenazado repetidamente con violar y matar a su hija. El presidente de la sala, José María Muñoz Caparrós, le informó de que podía denunciar los hechos ante el juzgado de guardia a través de su abogado.

Ropa de Wanninkhof

Los análisis de la Guardia Civil han concluido que las bragas entregadas por la madre de Wanninkhof, encontradas junto a otras posibles pruebas a las puertas de su casa, pertenecen a la joven asesinada en 1999, pero que ésta no era la prenda que llevaba en el momento del crimen, al no tener ningún desperfecto, ni muestra de pelo, polvo o barro. Los investigadores han encontrado una traza de ADN de un varón, que podría pertenecer al padre de un amigo del novio de Rocío. Además, algunas de las colillas contenidas en la bolsa abandonada ante el domicilio de Alicia Hornos pertenecen a Dolores Vázquez, pero los encargados de la investigación no consideran que esto la implique, ya que podrían haber sido recogidas de cualquier lugar.