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Reportaje:

Participaciones valiosas

El empleo aumenta un 17,8% anual en el conjunto de las empresas financiadas con capital riesgo

Casi todos los días es posible encontrar en los medios de comunicación noticias sobre operaciones de capital riesgo en España. Sin embargo, el término capital riesgo tiene poco que ver hoy con el concepto original de venture capital. Cuando en España se habla de capital riesgo, se hace referencia más a adquisiciones de empresas consolidadas, como Ahold, Amadeus, Cortefiel, Mivisa o Panrico, que al apoyo a empresas en proceso de puesta en marcha.

Es necesario reivindicar que ambos papeles, desarrollo de empresas emergentes y adquisición de empresas consolidadas, es importante en una economía como la nuestra, que cuenta con un mercado de valores que no está al alcance de la mayoría de las empresas. Entre las funciones de todo mercado de valores se encuentran dos fundamentales, financiación y liquidez, que son desarrolladas por nuestro capital riesgo.

Los ingresos reales de las empresas participadas aumentaron un 26% anual y los resultados brutos de explotación crecieron un 24,1%

Faltaba por comprobar si el efecto combinado del dinero aportado y el valor añadido por los inversores, profesionalizando la empresa y respaldando su credibilidad frente a terceros, se traducía en una positiva evolución de la empresa en el tiempo. Esta pregunta ha quedado respondida con la publicación de los resultados del trabajo Impacto económico y social del capital riesgo en España, que analiza la evolución de 796 empresas financiadas con capital riesgo. El citado documento puede descargarse de forma gratuita en www.webcapitalriesgo.com

El estudio se centra en la evolución de las empresas analizadas hasta tres años después de la inversión, realizando el seguimiento de las inversiones del periodo 1991-1999, con datos contables hasta 2002. Los resultados son muy representativos de las inversiones realizadas porque significan el 87% del universo de operaciones computadas en el periodo.

El análisis se apoyó en información objetiva obtenida de registros públicos, efectuando un seguimiento de seis variables: ingresos, beneficio bruto, impuesto de sociedades, empleo, activo total y activo inmaterial. La evaluación del impacto sobre las empresas participadas se realizó a partir del cálculo del crecimiento de las variables mencionadas, después de eliminar el efecto de la inflación, entre el año de inversión y tres años después.

Cuentas de resultados

Los resultados obtenidos demuestran que, en el conjunto de empresas financiadas, el empleo aumentó en un 17,8% anual, ratificando el importante efecto sobre una variable socialmente prioritaria, a pesar de que el porcentaje de empresas en proceso de creación era minoritario en el conjunto de la muestra. Las cuentas de resultados de las empresas participadas también se vieron afectadas muy positivamente. Los ingresos reales aumentaron en un 26% anual, en términos reales. Los resultados brutos de explotación crecieron a una tasa del 24,1%.

Como era de esperar, la mayor actividad también se reflejó en un incremento de los activos de las empresas participadas, que aumentaron en un 25,1% anual, y en los activos inmateriales, que lo hicieron en un 41,5% anual. Este último dato es importante puesto que la inversión en intangibles suele asociarse con el aumento de la competitividad de las empresas.

La mayor competitividad de las empresas participadas por capital riesgo también se puede identificar desde otra perspectiva. El crecimiento del empleo, pese a ser muy importante, fue inferior al crecimiento de los ingresos o de los resultados brutos, por lo que se infiere una ganancia en la productividad del factor trabajo en el tiempo.

La sexta variable considerada fue el crecimiento en el impuesto sobre sociedades declarado, que se estimó en un 26,7% anual. Este aumento recaudatorio tiene dos fundamentos, la mejora de la gestión, reflejada en los resultados de las variables anteriores, y la disciplina contable que los inversores profesionales introducen en las empresas participadas.

El estudio también aporta una estimación del impacto económico y social en términos absolutos. Las 796 empresas de la muestra registraron un aumento de su plantilla de 63.352 puestos de trabajo entre el año de entrada del inversor y tres años después.

Como se trabaja en moneda constante, tomando como base el año 2001, también fue posible estimar el aumento experimentado por las restantes variables. Los ingresos de las empresas participadas aumentaron en 1.778 millones de euros, entre el año de inversión y tres años más tarde, mientras que los resultados brutos lo hicieron en 4.520 millones de euros. De igual modo, los activos totales se incrementaron en 11.629 millones de euros y los activos inmateriales en 1.105 millones.

Con respecto al incremento en la recaudación fiscal, fue posible realizar una estimación del aumento directo de recaudación por tres impuestos: impuesto de sociedades, impuesto sobre la renta de las personas físicas e impuesto sobre el valor añadido.

Las arcas públicas

El efecto agregado directo para las arcas públicas en el tercer año de la inversión de las entidades de capital riesgo se estimó en 1.990 millones de euros. Debe destacarse que estos crecimientos se refieren a datos para un solo año, el tercero después de la inversión, por lo que los valores de años siguientes serían superiores.

Estos resultados permiten apoyar las afirmaciones sobre el efecto positivo de las inversiones de capital riesgo sobre las empresas participadas y, por extensión, sobre el tejido económico de la zona donde desarrollan sus actividades. En consecuencia, con base en estos datos es posible justificar la utilización de recursos públicos para apoyar el desarrollo empresarial a través del capital riesgo.

El apoyo fiscal indirecto a esta actividad va a ser reformado en otoño con la aprobación de la nueva ley por la que se regirá la actividad de las entidades de capital riesgo en España, en sustitución de la Ley 1/1999, de 5 de enero. Sin embargo, queda por desarrollar un sistema de apoyo a inversores particulares, conocidos como business angels, que dinamizan la creación de empresas y extiende la costumbre de la inversión en acciones entre los particulares.

José Martí Pellón es catedrático de la Universidad Complutense de Madrid.

Imagen de una tienda de Cortefiel en Madrid.
Imagen de una tienda de Cortefiel en Madrid.MANUEL CASAMAYÓN

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