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Atutxa subraya que volvería a actuar igual con la disolución de Sozialista Abertzaleak

El nuevo presidente de la Fundación Sabino Arana reitera que no es "un desobediente"

El ex presidente del Parlamento vasco Juan María Atutxa, del PNV, a quien el Tribunal Superior vasco juzgará por desobediencia la próxima semana, aseguró ayer que su posición sobre la disolución de Sozialista Abertzaleak (SA), el grupo parlamentario de la ilegalizada Batasuna, "sería la misma" hoy que en junio de 2003. En esas fechas, Atutxa comunicó al Tribunal Supremo la "imposibilidad" de dar cumplimiento a su repetida orden de disolver SA por existir una "laguna" en el Reglamento de la Cámara. "No soy desobediente y menos aún con la Justicia", aseguró ayer Atutxa pocas horas después de ser nombrado presidente de la Fundación Sabino Arana.

Atutxa, un hombre acostumbrado a trabajar bajo la presión de los focos, ha recalado finalmente en la Fundación Sabino Arana, ligada a su partido, algo alejado de la "primera línea política" en la que el presidente de su partido, Josu Jon Imaz, dijo que iba a seguir después de que el PNV le pidiese que se sacrificase en la pugna por la presidencia de la Cámara vasca.

A primera línea informativa volverá a partir del próximo miércoles, cuando un tribunal formado ad hoc, tras la recusación por su defensa de la Sala Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia, le juzgará por desobediencia junto a dos de los miembros de la Mesa que encabezaba: Gorka Knörr, de Eusko Alkartasuna, y Kontxi Bilbao, de EB.

Atutxa, quien ayer fue presentado en Sabin Etxea, sede central del PNV en Bilbao, en su nuevo cargo al frente de la Fundación, se mostró "enormemente tranquilo" por tener que sentarse "por primera vez" en el banquillo de los acusados. De hecho, el veterano político nacionalista aseguró albergar toda la confianza "en la labor de los jueces y de la Justicia". Ninguno de los tres magistrados que forman la sala es experto en materia penal, dado que todos ellos provienen de lo Contencioso Administrativo o de la Sala de lo Social.

Sin embargo, el ex presidente del Legislativo no se echó atrás ni un milímetro de la posición que mantuvo cuando en los primeros días de junio de 2003 la Sala 61 del Tribunal Supremo ordenó la disolución del grupo parlamentario de la ilegalizada Batasuna. El auto judicial era "contundente", recordó ayer Atutxa, pero "era imposible darle cumplimiento" ante las lagunas del Reglamento de la Cámara, según notificaron entonces los tres miembros de la Mesa al alto tribunal.

Atutxa reconoció que la instantánea del próximo miércoles no va a ser de su agrado. Y destacó: "No la he ido buscando". Con todo, no quiso adelantar acontecimientos ante lo que judicialmente pueda dar de sí el proceso.

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En cualquier caso y a preguntas de los periodistas, sí apuntó que el hecho de que el ministerio fiscal no recurriese el auto de archivo decretado a finales de diciembre pasado por la juez instructora del caso, Nekane Bolado, aumenta su "tranquilidad", que no ha perdido durante todo el tiempo que este caso ha estado vivo en la Sala Civil y Penal del alto tribunal. "Es muy de destacar", esa posición de la Fiscalía, aseguró. De hecho, la única parte que sigue acusando en este caso es el sindicato de funcionarios Manos Limpias.

Ayer también fue recordada la manifestación de apoyo a los tres imputados que se produjo el 3 de diciembre de 2003 a las puertas del Palacio de Justicia de Bilbao cuando tanto él como Knörr y Bilbao acudieron a declarar ante la instructora. Atutxa resaltó que aquéllo no fue un movimiento partidista, sino que fue el "común de la sociedad" -incluso familiares de simpatizantes del PP, sostuvo- el que acudió aquel día para apoyarles.

El ex consejero de Interior y ex presidente de la Cámara apuntó que no tiene "ni idea" de las muestras de apoyo que puedan producirse el próximo miércoles durante la primera sesión del juicio, aunque también especificó que "no se trata de reunir masas". Atutxa agradeció las muestras de apoyo que dice haber recibido por parte de ciudadanos de todo credo político desde que comenzó el proceso. "En múltiples ocasiones me han dado una palmadita en la espalda y me han dicho: está claro cómo obrastéis", señaló.

Atutxa indicó que toma las riendas de la Fundación Sabino Arana como un gran honor. Hoy mismo participará en su primer seminario como presidente en relación con la juventud y la participación política. Espera además que la fundación peneuvista sirva de "foro de reflexión intelectual" para nacionalistas y no nacionalistas.

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