El PSC no quiere perder cuota de poder en la reestructuración

El aplazamiento de la reestructuración del Gobierno catalán anunciado ayer por Pasqual Maragall sirvió para calmar las aguas pero no para tranquilizar a su partido, el PSC, que continúa considerando "innecesario e inoportuno" cualquier cambio en el Ejecutivo. Los socialistas se mantienen expectantes ante los nombres que el presidente ha barajado para sustituir a algunos de los consejeros de esta formación, pues parte de los candidatos a ocupar el puesto no tiene relación alguna con el PSC y su nombramiento supondría una pérdida de cuota de poder para ese partido en el seno del Gobierno.

Según fuentes próximas al presidente, éste sopesa el nombre de Josep Maria Besora para ocupar la cartera de Agricultura. Besora es un histórico dirigente de Unió de Pagesos, el mismo sindicato agrario que en los últimos meses ha intentado dinamitar la política del actual consejero, Antoni Siurana, a través de manifestaciones y protestas masivas. Otras fuentes, en cambio, sitúan al frente de Agricultura a Joaquim Llena, afiliado al PSC desde 1997 y diputado por Lleida desde 1999. Fuentes de la dirección del PSC, que ayer rechazaron evaluar la idoneidad de estos candidatos, afirmaron que todavía no es momento de hablar de nombres. Y añadieron: "Antes, Maragall deberá convencernos de la necesidad de hacer cambios".

El presidente convocó la noche del lunes a los siete consejeros socialistas de su Gobierno para informarles sobre la crisis abierta y exponerles los motivos que justificarían el relevo de tres de ellos: Caterina Mieras (Cultura), Josep Maria Rañé (Trabajo) y Antoni Siurana (Agricultura).

"Nadie nos ha llamado"

Ayer, ya en el Parlamento, algunos de los consejeros probablemente afectados por la reestructuración lamentaban que hasta la noche del lunes nadie del entorno de Maragall les hubiese llamado para informarles de la situación. "Hasta el lunes por la noche, nadie nos había llamado ni para darnos aliento ni para informarnos de que se nos quería destituir", se quejaba uno de los consejeros afectados a este diario.

Pero mientras se suceden las especulaciones sobre cuándo tendrá lugar la anunciada reforma y a cuántos consejeros afectará, el tripartito trató de mantener ayer una posición unitaria tras el discurso de Pasqual Maragall en el debate de política general. Así, Miquel Iceta, portavoz del PSC, recordó que la destitución y el nombramiento de los consejeros es una labor que concierne solamente al presidente de la Generalitat. "Lo hará cuando quiera", afirmó Iceta.

Para el portavoz de Esquerra Republicana, Joan Ridao, también contrario a la reforma, el hecho de que Maragall haya aceptado retrasar la crisis de Gobierno "contribuye a serenar el clima político". Más optimista se mostró el portavoz de Iniciativa, Joan Boada, para quien la crisis "ya está cerrada".