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Roig apela al consenso político para evitar fragmentar el mercado

El Instituto de Empresa Familiar nombra presidente al propietario de Mercadona

Juan Roig, presidente de Mercadona, la mayor cadena de supermercados española, se convirtió ayer en el séptimo presidente del Instituto de Empresa Familia. En su primera alocución ante la asamblea empresarial celebrada en Madrid, Roig pidió "debates políticos constructivos" para reducir "la tensión" y reclamó un desarrollo autonómico coordinado para impedir reformas que "pueden suponer un riesgo de fragmentación de los mercados".

Roig presidirá durante dos años el Instituto de Empresa Familiar (IEF), una entidad fundada en 1992 que agrupa a 103 empresas familiares con un volumen de facturación media en torno a los 700 millones de euros. Roig sustituye a Alfonso Soláns, presidente del Real Zaragoza, en un cargo que han ocupado José Manuel Lara (Planeta), Rafael del Pino (Ferrovial), José María Serra (Catalana Occidente), Mariano Puig (Corporación Puig) y Leopoldo Rodés, presidente de honor de la entidad.

Roig, en un breve discurso, recordó a los miembros de la asamblea que la actual legislatura atraviesa su "momento clave, todos los cambios de calado que no se lleven a cabo ahora será difícil que lleguen a producirse" y recordó que "sobre la mesa existen temas de carácter institucional fundamentales para el futuro del país (estatutos y reforma de la Constitución)".

Más adelante avanzó que pondrá el énfasis en cuatro cuestiones claves como responsable del grupo de presión empresarial en sus próximas reuniones con representantes del Gobierno que preside José Luis Rodríguez Zapatero y la oposición que lidera el Partido Popular.

En primer lugar, la estabilidad institucional. "El modelo de Estado no debe ser sometido constantemente a revisión", dijo Roig, "una de los primeros trabajos que debemos hacer es identificar aquellos aspectos en los que sin consenso no alcanzaremos soluciones adecuadas y trasladar a las instituciones políticas la necesidad urgente de lograrlos".

En segundo lugar, reclamó una "agenda política" que atienda "a criterios económicos reclamando que las principales fuerzas políticas consensúen las medidas fundamentales que sean necesarias para cubrir las principales necesidades de las empresas españolas y así crear un marco estable de generación de empleo y de riqueza no supeditado al calendario electoral".

Roig apeló al diálogo y reclamó, en tercer lugar, "debates políticos constructivos con la consiguiente reducción de la tensión política", porque "la política no puede ser un foco de tensión entre regiones o para las empresas".

Por último, Roig puso el acento en la necesidad de combatir "la complejidad del marco normativo consecuencia de un desarrollo autonómico no coordinado". Y puso como ejemplo de esa perniciosa complejidad "el debate sobre financiación autonómica, que debe tener siempre en cuenta que las reformas no pueden suponer un riesgo de fragmentación de los mercados".

Roig recordó que para que la economía siga creciendo es clave "aprobar reformas económicas significativas", entre las que citó la reforma laboral y la inversión en I+D y educación.Como fórmula para paliar el creciente déficit de la balanza de pagos que sufre España, Roig afirmó que "la internacionalización de la empresa española es una necesidad urgente". Citó el "desafío" que supone para las administraciones la evolución demográfica en materias como Seguridad Social, sanidad e inmigración. Y reclamó "mayor eficiencia" a los mercados de energía, telecomunicaciones o transporte y una "asignación justa" de recursos, como el agua, para garantizar la competitividad de la empresa.

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