Barcelona endurece las ordenanzas con sanciones más altas para frenar el incivismo

Barcelona pasa de unas ordenanzas más bien genéricas, en las que el criterio de la sanción y la cuantía no estaba demasiado claro, a un articulado más preciso y más sancionador, con multas económicas más elevadas y procesos anunciados como exprés para el incivismo que practican algunos extranjeros de vacaciones. La ordenanza prevé sancionar económicamente a los clientes de la venta ambulante y de la prostitución callejera si genera problemas de convivencia.

Se trata del inicio del proceso de aprobación de las nuevas ordenanzas del consistorio barcelonés que sustituirán a las aprobadas en 1999. De momento, las principales novedades que introduce la Ordenanza de Medidas para Fomentar y Garantizar la Convivencia en la ciudad de Barcelona -que ese es su nombre completo- clarifican las infracciones que se sancionarán y de qué manera. Algunas de las novedades más llamativas es que tanto el cliente de la venta ambulante -especialmente el top manta- como el que quiera cerrar un trato con una prostituta en la calle podrán ser multados.

En el caso del top manta, las sanciones podrán ser de 120 a 500 euros. Respecto a la prostitución, el alcalde de Barcelona, Joan Clos, precisó que la ordenanza no la prohíbe -no puede-, sino que "prevé una capacidad de sanción a la oferta y la demanda cuando exista un apoderamiento del espacio público". Es decir, en los casos en los que la prostitución callejera interfiera de forma importante en la convivencia, como ha empezado a ocurrir en algunos barrios de la ciudad y en cualquier franja horaria del día, lo cual solivianta a buena parte del vecindario. Para esos casos, se impondrán sanciones para ambas partes del trato. Las multas podrán oscilar entre 100 y 500 euros, aunque se graduará la sanción en función de la capacidad económica. "No quiere decir que vamos a perseguir la prostitución. Se intervendrá cuando se observen problemas de convivencia serios y de ocupación del espacio público", insistió Clos. Estas cautelas, en parte, obedecen al hecho de que sus dos socios de gobierno -ERC e ICV-EUiA- no tienen el mismo criterio. De hecho, tanto Pilar Vallugera (ERC) como Ricard Gomà (ICV-EUiA) apuntaron que en algunos puntos conflictivos han llegado al consenso, pero falta aclarar cuestiones. "Por ejemplo, estamos de acuerdo con la introducció de medidas alternativas a las sanciones, como los trabajos a la comunidad, pero creemos que hay infracciones que se tienen que perfilar más para que su control sea realmente efectivo", apuntó la edil de Esquerra Republicana de Catalunya.El Ayuntamiento intentará poner coto a las conductas incívicas de algunos ciudadanos extranjeros durante su estancia de vacaciones en la ciudad. Para ellos se articulará un procedimiento exprés que exigirá el pago inmediato de la multa o bien el depósito de una cantidad mínima de la sanción que pueda corresponder, previa advertencia de que en caso de negativa se les podría derivar a la vía penal por una falta de desobediencia.

La ordenanza condena de forma muy especial algunas conductas incívicas que se han agravado en los últimos años. Por ejemplo, las pintadas y la colocación de pancartas y carteles podrán ser sancionadas con multas graduales de 120 a 3.000 euros. Si las pintadas las realizan menores, la ordenanza establece la responsabilidad directa y solidaria de los padres o tutores. Los juegos de apuestas, como el que practican los trileros, pero también los de habilidad con monopatines fuera de las áreas destinadas a ello -cuya definición no existe- podrán ser multados con sanciones entre 120 y 3.000 euros. Las prácticas discriminatorias de contenido xenófobo, racista y las que practican las bandas juveniles hacia menores también serán sancionadas con multas de 750 a 3.000 euros. Estas conductas se comunicarán a la autoridad judicial en los casos de posible delito.

Orinar u otras necesidades fisiológicas podrán ser sancionadas con multas de 300 euros, que podrán elevarse a una cifra entre 750 y 1.500 euros. La ordenanza prohíbe el comsumo de bebidas alcohólicas en la calle, lo que en otras ciudades españolas es conocido como el botellón, que en el caso de Barcelona son fiestas en plazas, parques y playas. especialmente en éstas.

La nueva ordenanza inicia ahora el proceso de debate entre los grupos municipales para ser aprobada en el plenario de diciembre. En principio, la oposición en el Ayuntamiento de Convergència i Unió (CiU) y del Partido Popular ha hecho una evaluación más bien positiva del articulado porque considera que en ella se ve más decisión del consistorio para atajar conductas incívicas. Ambos partidos, por otra parte, se arrogan haberlo dicho primero y piden ahora decisión en su cumplimiento. "Que no haya miedo", en palabras de Xavier Trias (CiU).