Los nuevos emigrantes
Siempre quise escribir una carta a un periódico contando el caso de muchos españoles con alto nivel educativo que tienen que emigrar a otros países por no encontrar puestos de trabajo adecuados a su formación. Ése es mi caso, el caso de otras tres personas más en mi familia y el de muchos amigos y conocidos míos.
A España se le escapa, como agua entre los dedos, toda una comunidad científica, jóvenes preparados que cuando acaban sus doctorados o masters (la gran mayoría, no todos) se ven obligados a emigrar al resto de Europa o a Estados Unidos, lugares en los que se apoya la investigación. Todos sabemos que el Gobierno inició un programa para hacer regresar a científicos destacados y a sus equipos. Con ese programa algunos regresaron a España, pero se encontraron con contratos basura y sueldos precarios... Con ese panorama lo único que queda hacer es regresar al país extranjero del que uno salió pensando que encontraría algo mejor, o igual, en su propio país.Aunque en mi caso yo no trabajo en investigación sino que estoy dedicada a las finanzas, me ha tocado hacer lo mismo, dejar España, país al que no quiero regresar por saber que jamás será reconocido mi trabajo allí, porque a lo único que podría optar sería a un contrato basura y a un sueldo de 600-800 euros al mes en un país con precios europeos, difícil acceso a la vivienda (a menos que tus padres te ayuden y tengas pareja) y una tasa de paro de las más altas de Europa. Me da pena, cuando me preguntan si quiero volver, tener que decir que no.