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Un grupo radical palestino mata a tres israelíes y rompe cuatro meses de tregua

El ataque a tiros se produjo junto a un asentamiento de colonos judíos en Cisjordania

Tres israelíes resultaron muertos y otros cuatro heridos en un tiroteo perpetrado por milicianos palestinos contra una parada de autobús, en una carretera a las puertas de un asentamiento de colonos judíos cercano a Belén. La agresión fue revindicada por las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa, la organización militar clandestina vinculada al partido gubernamental palestino de Al Fatah. Este ataque, el más sangriento que se registra en Cisjordania en los cuatro últimos meses, supone el fin de la tregua que los grupos que impulsan la Intifada firmaron a principio de año.

Un grupo de milicianos armados que viajaban a bordo de un vehículo turismo disparó ayer por la tarde varias ráfagas de ametralladora contra una parada de autobús, situada al pie de la carretera 60, donde se encontraban un grupo de civiles y militares esperando el transporte público. Los disparos provocaron la muerte de tres personas, entre ellos un niño de 13 años, e hirieron a cuatro transeúntes.

Los atacantes huyeron en el vehículo a toda velocidad del lugar de la agresión, para perderse por una estrecha carretera que conduce a la ciudad de Belén, donde se supone que buscaron refugio. El Ejército y la policía cerraron inmediatamente la zona e iniciaron una operación de rastreo, casa por casa, tratando de localizar a los milicianos.

Pocos minutos más tarde se producía un segundo ataque de características similares, a una veintena de kilómetros más al norte, en una carretera situada al norte de Ramala. En este lugar, un vehículo conducido por un colono fue tiroteado por un grupo de milicianos desde un coche. En este segundo ataque sólo se produjo un herido leve.

Las dos agresiones fueron reivindicadas por las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa, quienes en un comunicado enviado a la prensa aseguran haber actuado en venganza por las últimas muertes de militantes y civiles provocadas por el Ejército israelí en las ciudades de Tulkarem, Nablús y sobre todo en Yenín, donde por la mañana fue abatido un dirigente local de la Yihad Islámica.

La operación armada de las milicias radicales palestinas no ha sorprendido a nadie. El Ejército israelí se encontraba desde hace varias se semanas en una situación de máxima alerta, tras haber recibido informaciones confidenciales de que se preparaba un ataque contra los objetivos israelíes. El temor de un atentado se había incrementado en los últimos días, como consecuencia de numerosas incursiones desencadenadas por el Ejército en varias poblaciones de Cisjordania, donde se ha procedido a la detención de más de 300 militantes y simpatizantes de las facciones armadas.

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Las tropas israelíes, en una operación aparentemente preventiva, llegaron incluso hace dos días a entrar en Ramala, ocupando por unas horas la plaza de Menara, el corazón comercial de la capital, con la excusa de detener a unos militantes radicales. La incursión protagonizada por tanques y blindados provocó el pánico de los ciudadanos, que creían que el Ejército no volvería nunca a invadir.

El ataque coordinado de la milicia palestina supone un duro contratiempo para el presidente palestino, Mahmud Abbas, que 24 horas antes había iniciado un importante viaje por Europa y EE UU, donde trata de recabar apoyo de la comunidad internacional para desbloquear el proceso de paz y conseguir que Israel aplique la Hoja de Ruta. La ofensiva diplomática de Mahmud Abbas se inició el sábado en Ammán, donde se entrevistó con el rey Abdalá II. El periplo continuará en París, donde será recibido por el presidente Jacques Chirac. Pero el punto culminante de su viaje es Washington, donde el próximo jueves se reunirá con el presidente George W. Bush.

La dirección del movimiento colono radical, al conocer la agresión palestina, volvió ayer a alzar la voz para pedir el fin de las concesiones al enemigo, criticar la política pacifista del primer ministro israelí, Ariel Sharon, y pedir el cierre de los territorios de Cisjordania y Gaza y el restablecimiento de todos los controles en las carreteras, eliminados en los últimos meses como consecuencia de las presiones de la UE y de EE UU.

"Los árabes han comprendido que consiguen resultados con el terrorismo y que sus perpetradores ganan premios en lugar de ser castigados", aseguraba ayer un comunicado del movimiento colono, en una alusión a la retirada y desmantelamiento de las colonias de la franja de Gaza.

Uno de los heridos en el ataque de ayer, en el momento de ingresar en un hospital en Jerusalén.
Uno de los heridos en el ataque de ayer, en el momento de ingresar en un hospital en Jerusalén.REUTERS

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