EE UU tiene "la sensación" de que el texto ha sido aprobado
Entre la cautela y el optimismo, el Gobierno estadounidense confía en que los iraquíes hayan dado luz verde a la Constitución. La secretaria de Estado, Condoleezza Rice, dijo ayer en Londres: "Da la sensación de que, probablemente, ha sido aprobada, pero hay que esperar". Rice dijo que había mantenido conversaciones "con la gente que está en el terreno". En declaraciones a la NBC, añadió: "La clave es que hay muchos suníes que votaron. De una u otra forma, los iraquíes van a poder avanzar (...). A una insurgencia se la derrota política y militarmente. Se tardará, pero una insurgencia no puede sobrevivir sin una base política".
En la cadena televisiva Fox, la secretaria de Estado desarrolló el argumento: "Ocurra lo que ocurra con el referéndum, los iraquíes están aprovechando el proceso político para dar a conocer sus puntos de vista, y eso es una mala noticia para los terroristas". La base del proceso político en Irak "se ha ensanchado" y los insurgentes "no están logrando detener este proceso". En la medida en que los suníes amplíen esa base, "la insurgencia acabará por deshacerse".
La alta participación de los suníes en las cuatro provincias en las que predominan arroja una cierta incertidumbre. En la versión optimista de Rice, la sustitución de las balas por los votos es siempre positiva, pero un elevado no suní es un problema: no tanto porque impida la aprobación de la Constitución -para ello hacen falta dos terceras partes de los votos en contra en tres de las 18 provincias, y tanto el 60% de chiíes como el 20% de kurdos que forman Irak y que están a favor del texto tienen una presencia notable en dos de las cuatro provincias suníes-, sino porque acentúe las profundas divisiones en el país.
La esperanza de Washington
Si se confirma la aprobación del texto, la esperanza de Washington es que se mantengan las negociaciones de integración de la minoría suní, que tuvieron un éxito parcial hace una semana, y que las elecciones previstas para el próximo 15 de diciembre den lugar a un Gobierno con mayor legitimidad y representatividad que el actual, que procede de las elecciones provisionales de enero, boicoteadas por los suníes. Si la Constitución fuera rechazada, el actual Parlamento se disolverá, pero se mantendrá la fecha de las nuevas elecciones; el Parlamento que surja en diciembre tendría que redactar un nuevo texto y convocar otro referéndum.
Un nuevo Gobierno debería tomar posesión el 31 de diciembre. Durante el próximo año, si la preparación del Ejército y de la policía de Irak permite que se hagan cargo de la seguridad, el nuevo Ejecutivo debería negociar la retirada progresiva de los 150.000 soldados estadounidenses.Por otra parte, Rice mostró ayer su apoyo al Gobierno británico, que acusa a Irán de haber apoyado la insurgencia iraquí en varios ataques que costaron la vida de ocho soldados británicos.
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