La inflación pasa factura

El miedo de los inversores a que las evidentes presiones inflacionistas, causadas por los elevados precios del petróleo, fuercen una subida de los tipos de interés ha provocado un retroceso generalizado de los mercados de valores. El Ibex 35 baja el 0,96% en su segunda semana consecutiva de pérdidas.

El miedo a una subida de los tipos de interés ha llegado a los mercados de valores en un momento en el que las cotizaciones recogían una valoración un tanto forzada de muchas sociedades debido a las operaciones corporativas y a la ausencia de alternativas de inversión.

Las advertencias de las autoridades monetarias de la UE y de Estados Unidos sobre su extrema vigilancia de las presiones inflacionistas han forzado una revisión del nivel del riesgo asumible en este nuevo entorno, y la consecuencia ha sido una importante corrección en los mercados de valores.

El Ibex 35 termina la semana con un descenso del 0,96%, aunque en sólo dos sesiones, la del miércoles y la del jueves, perdió el 2,25% y el viernes llegó a caer hasta los 10.513 puntos.

Fue en esa última sesión cuando los mercados se "dieron la vuelta" a pesar de que los numerosos indicadores económicos publicados apuntaban hacia un empeoramiento de la situación. El IPC español de septiembre subió el 0,6% y la tasa interanual de inflación llega ya al 3,7%, aunque la inflación subyacente se mantiene en el 2,5%, y en ese dato está la diferencia, pues parece que las presiones por la subida del precio del petróleo se trasladan poco o despacio a los precios finales.

En Estados Unidos se dieron a conocer una serie de datos económicos del mes de septiembre que, en conjunto, superaron a la baja las expectativas. El IPC registró la mayor subida en 25 años y la tasa de inflación interanual, del 4,7%, es la mayor desde 1991, pero la inflación subyacente se queda en el 2%. Otros datos, como la producción industrial, recogen los efectos de los huracanes y muestran un descenso del 1,3%, la mayor caída mensual desde 1982. Todo ello ha provocado un nuevo descenso en la confianza de los consumidores, pero los inversores optaron por ver el lado positivo de la cuestión al considerar que esos datos reflejan los peores momentos de la economía. De hecho, el precio del petróleo seguía bajando hasta alcanzar los niveles del pasado lunes y las expectativas para los próximos días -en los mercados ahora nadie se plantea plazos más largos- han mejorado discretamente.

En conjunto, la situación de las bolsas ha entrado en una fase en la que va a pesar más la política monetaria que la trayectoria de las sociedades cotizadas, ya valorada suficientemente, lo que explica la facilidad con que se han deshecho posiciones y las dificultades de muchos valores para ganar altura. Las operaciones corporativas, la última la de Transportes Azkar, indican a los inversores que ése es el camino más fácil.