_
_
_
_
_
Reportaje:AUTOMOVILISMO | Gran Premio de China de Fórmula 1

Renault aprieta a McLaren

Alonso, optimista ante la última evolución del motor francés, destinada sólo a la cita de Shanghai

Sólo 134 milésimas de segundo le faltaron ayer a Fernando Alonso para igualar al finlandés Kimi Raikkonen. Una excelente noticia para Renault, que pudo comprobar cómo la última evolución de su motor RS25, que han denominado E, está funcionando como esperaban y permitiéndoles alcanzar por fin a McLaren. Ésa era la batalla que habían estado dirimiendo desde que la escudería británica logró que sus coches fueran los más veloces del Campeonato del Mundo de Fórmula 1 a partir del Gran Premio de Bahrein, la tercera carrera del calendario.

La solución le llega a la firma francesa en el momento preciso. Justamente cuando debe decidirse el título de constructores. Renault aventaja a McLaren por dos puntos (176 contra 174) y el resultado de los cuatro coches en litigio en el Gran Premio de China, en Shanghai, la última cita -el domingo por la mañana, hora peninsular española-, determinará el campeón. Ninguno puede fallar. Y, al margen de la superior fiabilidad de Renault, ahora parece que tanto Alonso como el italiano Giancarlo Fisichella están también en disposición de luchar por la victoria aunque Raikkonen y el colombiano Juan Pablo Montoya concluyan la carrera.

Más información
Alonso saldrá desde la 'pole' en la última prueba de la temporada

700 kilómetros, no 1.500

Sin embargo, en todo este cambio de decorado hay una trampa. El motor que Renault va a utilizar en Shanghai debe durar sólo esa carrera. Esto permite cambiar toda la estructura actual y realizar un diseño mucho más agresivo. Su resistencia no debe ser ya de 1.500 kilómetros, sino de 700. En cambio, McLaren únicamente podrá utilizar su última evolución en el bólido de Montoya, puesto que Raikkonen rompió el motor en los entrenamientos libres de Suzuka y tuvo que cambiarlo allí, por lo que tendrá que usar ahora el mismo.

"Es evidente que hemos tenido en cuenta esas circunstancias", comenta Denis Chevrier, responsable de motores de Renault; "en nuestra sede de Viry Chatillon estábamos trabajando en varias piezas importantes del motor que no pudimos aplicar porque no habían superado todavía los controles de resistencia para los 1.500 kilómetros. Sin embargo, para los 700 están más que aseguradas. Por eso, sin perder fiabilidad, podemos utilizarlas. Y deben proporcionarnos una mayor potencia y velocidad".

El nuevo pack que se ha incorporado al motor RS25E, fue probado en el banco de pruebas durante varios meses y después se colocó en el coche de Alonso para que lo probara en Jerez antes del Gran Premio de Brasil. Ayer saltó al ruedo en Shanghai. Y Alonso sacó sus primeras conclusiones. "La verdad es que la mejora se ha notado poco en estos entrenamientos", indicó; "ahora mismo, el rendimiento es peor que el del coche de Suzuka porque no hemos estado utilizando toda la potencia y hemos preservado las revoluciones por minuto a la espera de que nos ofrezca lo mejor tanto en la cronometrada como en la carrera. Sin embargo, estoy convencido de que funcionará bien. Estaremos a la misma altura que McLaren, como en Suzuka, y saldremos con toda la ilusión para ganar esta carrera y el título de constructores".

En McLaren, sin embargo, opinan lo contrario. Ayer, el mejor tiempo lo marcó de nuevo el piloto probador de la escudería británica, Pedro Martínez de la Rosa (1m 32,834s), que corrió 1,3 segundos más rápido que Alonso. "Creo que estamos en condiciones de ganar y cumplir nuestro objetivo de ser campeones", advirtió Raikkonen. Para Alonso, no obstante, el único referente válido son las ridículas 1,3 décimas de segundo que le sacó el nórdico y el hecho de que incluso logró mejor tiempo que Montoya.

Fernando Alonso, en el circuito de Shanghai.
Fernando Alonso, en el circuito de Shanghai.ASSOCIATED PRESS

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_