Aromas austrohúngaros

En este libro todo requiere explicación. Hasta el título de esta nota, que tiene que ver con las dos primeras historias -las mejores- de un total de tres. La tercera, aunque en sí misma es interesante, no alcanza la excelencia de las dos primeras y rompe, un tanto, el título, no ya de esta nota, sino del estimable texto que firma una tal Lolita Bosch; que puede llamarse así, por qué no, aunque cabe pensar en un seudónimo. La contracubierta poco ayuda con ese "aviso a los lectores": "Si usted está harta o harto de tragar historias precocinadas y quiere volver a descubrir los sabores de la literatura, póngase cómodo y empiece a leer. Bon appétit" (sic). Lo cierto es que quien se esconde tras Lolita Bosch -incluso la propia Lolita Bosch- muestra en estas tres historias -sobre todo las dos primeras, excelentes; la tercera tiene algo de relleno- un notable oficio narrativo, para alguien que ha vivido "mucho tiempo en Albons (Bajo Ampurdán)" y en México (lo que explicaría algunos términos no peninsulares y un abusivo uso de la palabra "mucama" en la estupenda historia primera). Con tan escasas referencias, uno se permite entrar en este libro en un estado de placentera inocencia que rápidamente te perturba y te alerta: Pingüinos es una magnífica historia centroeuropea, que trata de la ceguera y de la determinación de un médico por librar de ella a la "hermosa Mónica". Está condimentada con las mejores esencias centroeuropeas y sale muy airosa de la inevitable confrontación. La segunda historia, muy en la onda del alemán Sebald, tiene mucho que ver con la necesidad de seguir escuchando voces del pasado, de supervivientes del exterminio nazi, y está contada esa historia polaca con intensidad y acierto y ofrece luz propia en un terreno trillado. La tercera historia se sale de este terreno de la memoria colectiva, aunque plantee un caso de rememoración de un abuso sexual infantil que no logra elevarse a la misma altura de las narraciones anteriores. Aun con no ser desdeñable, en modo alguno, esta última; con tan sólo las dos historias centroeuropeas uno quisiera saber -a la vez que recomendar su lectura- quién se esconde tras Lolita Bosch. Acaso Lolita Bosch.