_
_
_
_
Reportaje:

Del chapuzón al museo

Una feria reúne en Málaga a 120 destinos del turismo cultural internacional, con ofertas más suculentas que el 'sol y playa'

Javier Martín-Arroyo

"Busco al turista excéntrico, al que se muere por las rutas del Califato de Córdoba o de la sierra de Grazalema". Bettina Volz es turoperadora y está decidida a abrirle los ojos a sus compatriotas alemanes para ampliar el mercado turístico andaluz. Roger Marcel viene a espiar a sus competidores y a tomar nota para mejorar la oferta turística de Costa de Marfil cuando la situación social se estabilice en su país. Bárbara Magni quiere alternativas al modelo de sol y playa, "un poco manido, la verdad", para los turistas de sus agencias de viaje de Milán, que demandan impregnarse del folclore y el arte de destinos novedosos. "Acabo de descubrir Figueras y Huelva: dos gratas sorpresas", revela.

Más información
Dejar huella en un tiempo récord

Los tres lucían ayer sonrisa amable, diplomática, y profesional. Acudieron a la segunda Feria Internacional de Turismo Cultural en Málaga, donde agentes mayoristas de más de 120 destinos venden sus encantos a los mandamases del turismo, que mueven las hordas de ociosos consumidores a través de sus catálogos y preferencias por todo el mundo. De los más de 20 millones de turistas que recibe Andalucía al año, a casi cinco millones les seduce la oferta cultural de la comunidad. Cada vez cuaja más el modelo vuela y conduce. Nada más bajarse del avión, el turista alquila un coche y tiene durante una semana plena libertad para visitar a su antojo las capitales culturales andaluzas, con Sevilla y Granada como citas ineludibles y la Alhambra como estrella.

La muestra, organizada por el Palacio de Ferias, espera hasta el próximo domingo que 8.000 personas se decanten por soñar con rutas, museos y gastronomía de Andalucía, pero también de países como Italia, Polonia o Egipto. El objetivo es un turista que gasta el doble que la media y que viaja en cualquier época del año, lo que permite ampliar los jugosos beneficios del sector, según afirman los expertos. En 2004 el turismo cultural generó 2.000 millones sólo en la comunidad.

Uno de los expositores más llamativos lo ocupa la ciudad en el ojo del huracán informativo: Melilla. Como gran desconocida en el circuito cultural, ofrece su vieja ciudad amurallada del siglo XV y el ensanche modernista, diseñado por el arquitecto barcelonés Enrique Nieto a principios del pasado siglo. Además, destaca su perfil intercultural en el que conviven las comunidades cristiana, musulmana, hebrea e hindú. "Claro que los asaltos a la valla le afectan como destino turístico sensible, pero también es un reclamo para la gente que quiere apreciar el contraste y el muro de cerca", apunta Alejandro Jiménez, responsable del stand melillense.

Y es que cada vez más turistas buscan algo más que tostarse en la arena. A pesar de que la oferta sol y playa se mantiene como el grueso del turismo patrio, los destinos culturales crecieron un 21% en 2004, mientras que el turismo global sólo un 3%. Para este aumento, los argumentos son incontestables: El país ofrece el mayor conjunto histórico artístico, sólo por detrás de Italia, según la Unesco, y el castellano es lengua oficial en 23 países.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Javier Martín-Arroyo
Es redactor especializado en temas sociales (medio ambiente, educación y sanidad). Comenzó en EL PAÍS en 2006 como corresponsal en Marbella y Granada, y más tarde en Sevilla cubrió información de tribunales. Antes trabajó en Cadena Ser y en la promoción cinematográfica. Es licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla y máster de EL PAÍS.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_