Se veía venir

Para acabar de congraciarse con la afición, la empresa se trajo el sobrante de las dehesas, de casta burritonta y de condición física tambaleante. A la afición, que está de uñas, sólo le faltaba los tambaleantes para que estallara la bronca. Ya de inicio, en el paseo, se dejaron oír. Con el transcurrir del festejo y la devolución del segundo sobrero, toda la plaza hizo suya la queja. Un clamor pedía "toro, toro". Algunos aficionados abandonaron los tendidos, otros aprovecharon la coyuntura para piropear a la empresa. Al final, lluvia de almohadillas y bronca monumental. Tanto El Juli como Gallo y Serranito, sustituto de Rivera Ordóñez, hicieron lo posible por agradar.