Xavi forzó una tarjeta en Bélgica

Xavi no jugará hoy en San Marino porque el pasado sábado, siguiendo instrucciones de la federación española, forzó contra Bélgica la segunda tarjeta amarilla en lo que va de fase de clasificación para el Mundial 2006, que le supone un partido de suspensión. El centrocampista del Barça saltó al terreno de juego del estadio Balduino I en Bruselas consciente de que una tarjeta amarilla le supondría perderse el partido de hoy contra San Marino, dado que en Riga, el 13 de octubre de 2004, el árbitro francés Eric Poulat ya le había amonestado. Por eso, llegado el minuto 82 del transcendental encuentro ante los belgas, Xavi se ganó la tarjeta por una entrada por detrás a Deschacht, tan a destiempo que Lubos Michel, el colegiado eslovaco que pitó el partido, tuvo que enseñarle cartulina amarilla.

"Puestos a tener que afrontar una repesca, era mucho mejor que se quedara sin jugar contra San Marino y garantizara su presencia en un partido tan decisivo", explicó ayer un portavoz de la federación. Xavi, que se reincorporó ayer mismo a los entrenamientos con el Barça, confirmó que ya tenía conocimiento al saltar al terreno de juego de que una tarjeta amarilla en el partido Bélgica-España le supondría un partido de suspensión, a cumplir esta tarde con motivo de la visita a San Marino, en el duelo que cierra la fase de clasificación para Alemania. El jugador catalán confirmó que antes del partido "se habló del tema, pero eso no quiere decir que buscara una tarjeta descaradamente. Me la enseñaron por un lance del juego", explicó. La falta la cometió con ventaja de 2-0 para España, a ocho minutos para el final y casi a la altura del área rival.

En el mismo caso que Xavi se encontraban otros jugadores del equipo de Luis Aragonés, pero sólo Michel Salgado tenía instrucciones de forzar la tarjeta, si el resultado del encuentro lo permitía. El jugador del Madrid también vio la tarjeta y tampoco jugará hoy en San Marino, pero en su caso la tarjeta llegó sin necesidad de buscarla: en el minuto 25 se vio forzado a agarrar por la camiseta al belga Buffel, que se colaba en el área tras regatearle.