Arenas y los notarios

Por si se tuviese aún alguna duda sobre la validez de considerar a Javier Arenas como único interlocutor privilegiado de la oposición en Andalucía ahí está ese último incidente desvelando un supuesto encuentro con el presidente de la Junta, Manuel Chaves en el que éste le habría confesado su "enorme preocupación" por el alcance del debate surgido en torno al Estatuto de Cataluña. Una cita desmentida rotundamente por los socialistas pero que el líder del PP da por absolutamente cierta. La palabra de uno contra otro, de ahí que ya el dirigente popular anunciara que, a partir de ahora, no va a tener más remedio que acudir a los próximos encuentros que se produzcan con notario. Lástima que no hubiera recurrido a estos abnegados profesionales en ocasiones anteriores, tal vez así nos hubiésemos ahorrado más de un embrollo surgido a lo largo de su trayectoria política. Incluso, para aquellos que dan por cierto ese "bis a bis" entre Arenas y Chaves, cabe decir que se conforman sin más, sin pedir y reclamar pruebas y detalles, exigencia de rigor que, por otro lado, sí exigieron, en cambio, por ejemplo, al consejero de la Presidencia, Gaspar Zarrías, cuando denunció la existencia de una trama urdida entre políticos de la derecha andaluza con determinados empresarios y destacados comunicadores de la verdad absoluta.

De modo que ya sabe a lo que debe atenerse Chaves cuando Arenas le implore un trato exquisito y elevado sobe el resto de mortales, esto es, IU y PA. Aunque, claro, eso del descubrimiento de la figura del notario en el PP no deja de ser un conocido método que emplean, sobre todo, para apretar las tuercas a periodistas que les resultan incómodos. Y si no es así, arremeten contra los mismos, abiertamente, en plenos de corporaciones locales sin reparar en sus defectos propios y en cómo cuentan entre su nutrida escudería a "escribidores" a doble sueldo, sin el más mínimo remilgo. Con todo, esta semana, no se descarta que se visualicen, en efecto, coincidencias entre socialistas y populares. Ya parten de un acuerdo esencial establecido en la ponencia de la reforma del Estatuto andaluz como es el de denominar a Andalucía como "nacionalidad histórica" descartándose así el término "nación" que preconizan IU y PA. Precisamente, los izquierdistas han encontrado aquí un filón. Dan a entender que ésta es su oportunidad de oro para quedarse solos en la defensa del 28-F, estrategia a la que tanto partido le ha sacado el PSOE andaluz.

Y luego está el debate sobre los próximos presupuestos de la Junta que comienza a adquirir velocidad de crucero a medida nos acercamos a su discusión en el Parlamento. Este lunes, el consejero de Economía y Hacienda, José Antonio Griñán explica su contenido a los integrantes de la Ejecutiva regional del PSOE. Ahí tendrá que desgranar, sobre todo, las previsiones inversoras, muchas de las cuales han de ir encaminadas, descaradamente, a compensar los desequilibrios que se han observado en los Presupuestos Generales del Estado. Con todo, Griñán ha de poner las cosas lo suficientemente claras como para que no se produzca el lamentable y ridículo espectáculo que se dio en el anterior curso, a la hora de hacer una lectura provincializada de dichos Presupuestos. Han de fijar los criterios necesarios para hacer una exposición razonada y equilibrada, lejos de las visiones localistas y absurdas que se tiende a hacer, no ya por parte de los mismos consejeros sino, también, por delegados provinciales y los respectivos cargos orgánicos locales. Está por ver que lo consiga, pero lo que hace falta es que las consejerías tengan la capacidad suficiente para ejecutar dichas partidas.