La voz terrible
Festival con una causa: la televisión K de Vallecas ha sido desplazada de su onda por el segundo canal, La Otra, de la televisión de Madrid. E intentan recuperar su lugar de emisión.
Otra vez oímos la voz terrible del cante, la voz de José Menese. Hacía tiempo que no le escuchábamos tan bien, tan centrado en su arte. Su cante excelentísimo, que no nos deja permanecer impasibles cuando lo suelta en chorros intermitentes de grandeza y jondura. Cantó varias cosas, pero de ellas hay dos que dejaron huella: los tarantos y la siguiriya. Dos cantes para no olvidar, impregnados de lo mejor que el flamenco puede ofrecer.
Voz casi terrible, también, la de María Toledo, que se está soltando a cantar sin complejos levantando la voz cuando hace falta. No tiene la seguridad de Menese, porque carece de la experiencia de él y está todavía, como quien dice, aprendiendo. Pero cuando suelta la voz llega a emocionarnos irremediablemente. Y suelta mucho la voz bien alta, en lo que está, quizá, uno de sus fallos, pues se olvida casi siempre de los bajos. Su versión a palo seco del reniego fue un hallazgo, digno de una gran cantaora, porque no es un estilo fácil ni mucho menos. Hay que destacar en María Toledo que se va a lo difícil, sin tener en cuenta los problemas expresivos que pueda tener en su desarrollo.
Flamenco por K
Cante: Alberto Soto, Pitingo, María Toledo, José Menese. Toque: Santi Herrero, El Mami, José María Molero, Rafael Riqueni (en concierto y en acompañamiento). Ateneo Cultural 1º de Mayo. Madrid, 5 de octubre.
Otra vez oímos a El Pitingo, un joven cantaor que está cantando mucho y bien. Tiene gusto, es artista. Su voz se adapta muy bien a los cantes que hace, en esta ocasión las soleares y las granaínas. No hay brusquedades en su cante, sí mucha melodía y una buena dosis de dulzura. El Pitingo va a llegar lejos, porque estudia el cante y lo hace sin asperezas, con una sencillez que cautiva al oyente.
Bien las guitarras, con una mención especial para Riqueni, que tuvo también su parte de concierto. Está ya como en sus mejores tiempos, y en esta ocasión me gustó más acompañado que en concierto. A Menese le hizo acompañamientos de antología, realmente admirables, en la bambera, en el taranto, en las soleares, en las siguiriyas. Acompañamientos sentidos y con frecuencia magistrales.
Igualmente muy bien Molero y El Mami, cada uno en su estilo. El acompañamiento de guitarra está atravesando un buen momento en el arte flamenco, mejor que en generaciones anteriores, donde hubo buenas individualidades pero nada más.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.