"Todos los violinistas tenemos una deuda con los gitanos"

"En música no deben existir fronteras que recorten tu libertad como artista". Lo dice con voz suave, mirada limpia y apacible sonrisa el violinista de origen armenio Ara Malikian (Líbano, 1968), que desde hace cuatro años compagina su carrera solista con su labor como concertino de la Orquesta Sinfónica de Madrid. Le apasiona el flamenco y defiende con vehemencia la influencia de los gitanos en la música clásica. "Todos los violinistas tenemos una deuda con los gitanos", afirma Malikian, quien esta noche toca el célebre concierto para violín de Brahms en Sabadell y mañana en Barcelona

Malikian, que inicia con esta doble actuación su relación como "artista en residencia" de la temporada de la Orquestra Simfònica del Vallès, tocará el concierto de Brahms bajo la batuta del director estadounidense James Ross en dos audiciones, hoy en el teatro La Faràndula de Sabadell (21.30 horas) y mañana en el Palau de la Música Catalana (19.00 horas). El programa, dedicado monográficamente al gran compositor alemán, se completa con su segunda sinfonía.

"A Brahms le fascinaba la capacidad de improvisación, la libertad y el temperamento musical de los gitanos, y esa admiración está latente en muchas de sus obras", explica Ara Malikian. "En el concierto para violín, especialmente en el último movimiento, hay una fuerza rítmica y una vitalidad muy especial, como si Brahms en ese momento fuera gitano y sintiera su libertad", comenta el fogoso violinista, que ha realizado dos incursiones discográficas en el mundo flamenco.

La fama como solista le ha llegado tras grabar el repertorio técnicamente más deslumbrante para el sello Warner, que ha editado, entre otros discos, explosivos monográficos dedicados a Paganini, Pablo Sarasate y Eugène Ysaÿe. "Tienen fama por la apabullante dificultad técnica de sus obras, pero es que cualquier violinista crece con esta música, son su biblia, y a mí me encanta tocarlas. Me resulta más fácil tocar los Caprichos de Paganini, que los he preparado desde la infancia, que el concierto de Brahms", asegura.

Lamenta Malikian, y mucho, los tópicos que pesan sobre los violinistas solistas. No entiende, por ejemplo, que tocar en una orquesta sinfónica impida desarrollar una carrera como solista. "Todo te enriquece como artista, sea tocando en el seno de una orquesta, como solista o en un grupo flamenco. Vivir una sinfonía de Mahler o una ópera de Mozart como músico de orquesta es emocionante, es una gran experiencia porque todos, desde el primer hasta el último atril, hacemos posible el sonido orquestal". Como artista residente, Malikian sucede este año al pianista y compositor Albert Guinovart, con quien este domingo ofrecerá un recital en Sabadell. Tocará hasta junio de 2006 los conciertos para violín de Berg y Glazunov y el Poema concertant, de Xavier Montsalvatge, que ha grabado con la Sinfónica de Castilla y León y Alejandro Posada. "La obra de Montsalvatge es bellísima, respira una atmósfera que evoca el Poema de Chausson, sin dejar de llevar su sello personal. Es una obra maravillosa que debería programarse más en los auditorios".