Innovar para hacer frente a la liberalización

No corren buenos tiempos para el sector textil, y no sólo en Andalucía. La liberalización del comercio mundial desde el pasado 1 de enero, con la exención de aranceles a las importaciones de los países asiáticos, ha puesto contra las cuerdas a las empresas andaluzas, que en los últimos años han sufrido un declive vertiginoso. Coincidiendo con la liberalización del mercado, la Federación Textil Andaluza alertó de que la mitad de los casi 80.000 empleos que generaba el sector en la comunidad podrían perderse al no poder competir por las prácticas "agresivas y desleales" de China, el principal país productor y exportador. La crisis afecta, sobre todo, a los pequeños talleres de manufacturas.

La Cámara de Comercio de Jaén no ha ocultado la preocupación que hay por el futuro de un sector que sólo en la provincia genera más de 5.000 empleos. Por eso, como antesala a la celebración de Pasarela, organizó una jornada de trabajo sobre la industria textil, el diseño y la moda, y en ella la conclusión fue clara: "Innovar para no morir".

En efecto, según Manuel Vera, experto del área de Desarrollo Local de la Diputación de Jaén, la principal amenaza es "seguir cosiendo para otros o hacer lo mismo que en países como China o Marruecos, con los que no se puede competir".

A su juicio, la solución pasa por la calidad, la innovación y la especialización, a través de la creación de nuevos productos y pequeñas cadenas de producción para dar cobertura a grandes clientes.

Esos objetivos están dentro del plan estratégico para el sector textil elaborado por la Diputación jiennense. Su presidente, Felipe López, abogó al presentar este plan por establecer limitaciones para los países que exportan sus productos "en un escenario donde no hay protección social ni se cumplen las reglas del juego". El año pasado había censadas en Andalucía unas 2.200 industrias textiles.