Indonesia afirma que terroristas suicidas causaron las explosiones de la isla de Bali
Filipinas ordena aumentar la seguridad en las zonas turísticas ante el temor a atentados
El presidente indonesio, Susilo Bambang Yudhoyono, aseguró ayer que los atentados que el pasado sábado provocaron 26 muertos y alrededor de 120 heridos en la isla turística de Bali fueron ataques suicidas. "El resultado de la investigación muestra por ahora que fueron perpetrados por kamikazes. Es obvio que debemos tomar medidas más eficaces para prevenir los atentados suicidas", dijo. Según el Gobierno, las explosiones llevan el sello del grupo islamista Yemaa Islamiya, considerado el brazo armado de Al Qaeda en el sureste asiático.
Las explosiones tuvieron lugar poco antes de las ocho de la tarde (siete horas menos en España peninsular) en dos restaurantes de la playa de Yimbarán, y en otro situado en el centro de la población de Kuta, a unos 30 kilómetros. Cada una de ellas fue obra de un terrorista, según declaró un responsable policial. Se sospecha que llevaban las cargas explosivas pegadas al cuerpo, ya que sólo se han encontrado las cabezas y los pies de los supuestos autores. "El sistema utilizado es muy similar al de anteriores atentados suicidas", dijo. Ansyaad Mbai, jefe nacional de la lucha antiterrorista aseguró que fue obra de Yemaa Islamiya.
Kuta, un animado enclave turístico, fue objeto en octubre de 2002 del ataque a un restaurante y una discoteca, que dejó 202 muertos, la mayor parte extranjeros.
Entre los fallecidos en el atentado del sábado, cuya mayoría son indonesios, se encuentran dos australianos y un japonés. Algunos cadáveres no habían sido identificados aún anoche. Entre los heridos hay también estadounidenses y surcoreanos, entre otros. No hay constancia de que ningún español haya resultado afectado.
Las explosiones se produjeron cuando los locales se encontraban llenos de clientes. Un camarero del Café Menega -uno de los dos afectados en Yimbarán- explicó que la bomba estalló entre dos grandes mesas, cuyos clientes, sentados en la arena, estaban celebrando una fiesta.
Hasta los ataques de hace tres años, Bali gozaba de una reputación de paraíso tranquilo y seguro, en un país azotado durante años por los enfrentamientos étnicos y la violencia separatista.
Islam moderado
El primer ministro australiano, John Howard, aseguró que el objetivo de los terroristas es minar la autoridad del moderado Gobierno indonesio. "El presidente Yudhoyono representa una amenaza para el islamismo extremista", dijo. "Encarna la cara democrática y moderada del Islam, y por tanto es alguien a quien debemos apoyar y ayudar. Los terroristas lo saben y quieren debilitarlo". Howard afirmó que todo apunta a que los ataques -realizados días antes del tercer aniversario de las explosiones del 12 de octubre de 2002- son obra de la filial surasiática de Al Qaeda. En aquella ocasión murieron 88 ciudadanos australianos.
EE UU condenó los atentados por medio de su secretaria de Estado, Condoleezza Rice. "Nuestros pensamientos y nuestras oraciones están con las familias de las víctimas, confiamos en una pronta recuperación de los heridos", añadió Rice. Washington señaló que "continuará trabajando conjuntamente en la lucha común contra el terror".
La presidenta filipina, Gloria Macapagal Arroyo, dio órdenes de incrementar la seguridad en los enclaves turísticos del archipiélago. "Los nuevos ataques en Bali, tras los de Londres, muestran la capacidad de los terroristas para golpear cuando bajamos la guardia".
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