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Los atentados en Irak amenazan al referéndum sobre la Constitución

Un ataque en un mercado de Hilla eleva a más de cien el número de muertos en 24 horas

Más de cien muertos en 24 horas. Con al menos 99 muertos y 124 heridos, el jueves fue uno de los días más sangrientos desde la caída de Sadam Husein, en abril de 2003. La explosión ayer de un coche bomba en Hilla, al sur de Bagdad, causó la muerte de 12 personas. Esa ola de violencia se produce en un contexto delicado para Irak: el referéndum sobre la Constitución debe celebrarse el próximo día 15, cuatro días antes del principio del juicio del dictador derrocado.

El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, advirtió el miércoles de un posible aumento de la violencia en Irak antes del referéndum sobre la nueva Constitución, previsto para el 15 de octubre. La explosión de un coche bomba con control remoto a las 9.15 de ayer (las 7.15 en la España peninsular) en el mercado Al Amar de Hilla, con 12 muertos, y los tres atentados del jueves en Balad le dieron la razón. Al Qaeda en Irak se atribuyó la autoría de los cuatro ataques que, en menos de 24 horas, causaron más de cien asesinatos.

La organización terrorista dirigida por el jordano Abu Musab al Zarqaui declaró el pasado 14 de septiembre la "guerra total" a la comunidad chií por "colaborar con las fuerzas de ocupación". Balad e Hilla son dos ciudades cuya población es en su mayoría chií. Esta comunidad, el 60% de la población del país, junto a los kurdos, sacó adelante a finales de agosto el proyecto de Constitución, a pesar de la oposición de los suníes, minoría favorecida durante más de tres décadas por el régimen de Sadam Husein. El propio primer ministro iraquí, Ibrahim Yafari, es chií.

Los suníes, quienes boicotearon las elecciones legislativas de enero y que arrastra la mala imagen que le da la insurgencia -en su mayoría, también suní-, rechazan el modelo de Carta Magna acordado por los chiíes y los kurdos, que establece un Estado federal. Los suníes temen que el federalismo ponga en peligro la unidad del país y se traduzca en el control por parte de los chiíes y kurdos de los pozos de petróleo.

Frente a la ola de violencia, las autoridades estadounidenses temen una demora del ya retrasado calendario político de la transición iraquí. Altos oficiales de Estados Unidos confían en que el borrador constitucional sea adoptado el próximo día 15, aunque los suníes hagan todo lo posible para impedirlo, informó el jueves The New York Times. El general George W. Casey aseguró el jueves en el Congreso que el referéndum se celebrará y que la Carta Magna será adoptada, aunque otros oficiales reconocieron que, en caso de un rechazo, temían que Irak se hundiera en la anarquía.

En un reciente informe, el International Crisis Group apunta que sólo "una firme intervención política de Estados Unidos permitiría establecer un proceso político que impediría la fragmentación del país". En los últimos días, el embajador estadounidense en Irak, Zalmay Jalilzad, se alzó como intermediario entre suníes, chiíes y kurdos para alcanzar un acuerdo. Con las propuestas de los suníes entre manos, Jalilzad se entrevistó con varios líderes chiíes y kurdos.

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Varios iraquíes miran los restos de uno de los coches bomba que explotó en Balad el pasado jueves.
Varios iraquíes miran los restos de uno de los coches bomba que explotó en Balad el pasado jueves.

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