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OBK une pop, rock y baladas en 'Feeling', su octavo disco

En sus inicios fueron considerados un dúo para niñas inventado por la industria y llamado a durar 15 días. Pues bien, Jordi Sánchez y Miguel Arjona llevan 15 años trabajando, son un icono gay y su base de público no queda circunscrita a la adolescencia. Son conscientes de que "decir que te gusta OBK no mola, incluso es más cool decir que te gusta Camela" pero a pesar de ello llevan vendidos un millón de copias de su discografía. Acaba de salir el octavo, Feeling, y la polémica les acompaña debido a su primer vídeo. Dirigido por J. A. Bayona, que ya les ha hecho otros 12 clips, el vídeo de Sin rencor ofrece una escena final impactante en la que los OBK son asesinados por una familia. "Cuando grabamos el clip no sabíamos de qué iba, porque J. A. Bayona tiene libertad absoluta para concebir y desarrollar sus ideas. Al ver el clip no pudimos por menos que estar de acuerdo, porque en realidad plantea el tema del respeto humano, de la intolerancia y de cómo una familia no necesariamente ha de ser heterosexual. Creemos que cada cual ha de establecer el tipo de relación íntima que le plazca".

Discurso independiente

Otro de los blancos de OBK es el mundo cool, al que dirigen la irónica Yo no soy cool. "Se me ocurrió tras ver Zoolander", dice Jordi "y considerando que yo puedo ser cool para alguien, no se trata tanto de una crítica a lo cool como a la banalidad, superficialidad y vacío que se usa para vender lo que está de moda, lo que debe llevarse".

Sorprende hablar con OBK y descubrir que tras un grupo comercial hay un discurso muy independiente que podría firmar cualquier luminaria del indie patrio. Pese a ser invitados dos veces no han ido a Operación Triunfo "porque no creemos que los artistas se hagan así"; han desestimado participar en el programa de Cruz y Raya, "porque nos obligaban a hacer un chiste, y nosotros somos músicos, no humoristas", y también han rechazado acudir a Pasapalabra "porque lo único que nosotros queremos vender son nuestras canciones, lo demás sobra".

Su filosofía se puede resumir en una frase: "Tengamos mucho o poco público, lo importante es mostrar coherencia y dignidad". Eso pasa por "hacer las mejores canciones que podamos y mantener la capacidad de observación que nos permita tener un punto de vista".

En su nuevo disco, Feeling, lo han logrado con tres ejes: el pop electrónico habitual de OBK, cuyo nombre proviene de un tema de Depeche Mode; las baladas italianizantes y la presencia del rock por medio del uso de guitarras. OBK, el grupo que parece no existir más allá de su público, llama de nuevo a las puertas del mercado. "Sí, los hay más famosos sin vender discos, pero nosotros somos así". De serios, podría rematarse.

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