La inflación de la zona euro se dispara al 2,5%
Los precios récord del barril de crudo en las pasadas semanas han hecho bueno el pronóstico de los analistas y ayer Eurostat avanzó que la inflación en septiembre ha llegado al 2,5%, la más alta tasa vista en la eurozona desde mayo del año pasado. La inflación española se elevó al 3,7% en ese mismo mes, según avanzó anteayer el INE, la tasa más alta desde marzo de 2003.
La subida de tres décimas en la inflación europea coincide, y consolidará, la débil confianza de los consumidores. La contención del consumo es uno de los factores cruciales en la debilidad de la economía.
La subida del índice era esperada por los analistas, pero no con tanto vigor: tres décimas por encima de la registrada en agosto, que no se movió con respecto a julio. Los expertos, encabezados por el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet, habían vaticinado que conforme avanzara el año iría creciendo la inflación.
Aunque la cifra es todavía provisional, el salto hasta el 2,5% deja descolocado al BCE y su objetivo de que la inflación de la eurozona se mantenga cerca, pero por debajo, del 2%. Sin embargo, su capacidad de maniobra es limitada. La economía europea, que este año va a avanzar a un cansino 1,25%, según las últimas estimaciones del Fondo Monetario Internacional, no está en condiciones de soportar un encarecimiento del precio del dinero, anclado en el 2% desde junio de 2003. Los analistas aventuran que el consejo de gobernadores del banco mantendrá el próximo viernes los tipos, por más que Trichet haga públicas manifestaciones de inquietud ante la evolución de los acontecimientos.
Por su parte, José Manuel González-Páramo, único miembro español del Comité Ejecutivo del Banco Central Europeo, eludió ayer pronunciarse sobre el último dato de inflación de la eurozona y remitió al análisis que realizará el consejo de Gobierno del banco en la reunión que mantendrá el próximo jueves en Atenas.
Sí que valoró el incremento del IPC en España en septiembre, un 3,7%, cuatro décimas más que en agosto. "No es sostenible que, en una unión monetaria en la que el promedio de la inflación es cercano al 2%, un país se mantenga sistemáticamente en una inflación de casi el doble", afirmó González-Páramo.
"En algún momento", añadió, "algo tiene que ocurrir, un ajuste de la actividad o un cambio en política económica. Esto es clave. No pueden producirse permanentemente pérdidas de competitividad en ningún país".
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