La Ley de Tropa y Marinería vence la oposición del PP

El proyecto de Ley de Tropa y Marinería venció ayer el obstáculo parlamentario que le oponía el PP, en forma de enmienda a la totalidad, derrotada en el Congreso con 170 votos del resto de los grupos y 132 de los populares. El ministro de Defensa, José Bono, defendió el proyecto y se extendió en explicar que pretende una auténtica profesionalización para soldados y marineros que evite poder decir que "la profesionalización ha acabado en lo que alguien ha llamado la puta mili larga".

Bono defendió ante el Pleno del Congreso lo que, a su juicio, permite este proyecto de ley y es que soldados y marineros puedan tener estabilidad una vez que decidan alistarse como profesionales. Para Bono, es necesario "terminar con una frase que algunos muchachos ya van haciendo célebre, en el sentido de que en el ejército español, como mucho 12 y a la calle. Eso es real", dijo el ministro, "es duro pero es real, al que mejor le puede ir 12 años y a la calle: eso es lo que hoy tenemos y es urgente acabar con ello para ofrecer algo de permanencia para un ejército profesional".

Según el ministro, en este momento España cuenta con 73.162 soldados y marineros y "necesitamos unos 86.000 soldados".

El cálculo de los Estados Mayores de los tres ejércitos cifra las necesidades, dijo Bono, en unos 30.000 soldados de "compromiso corto", de hasta seis años de permanencia; de larga duración, hasta que cumplan 42 años, unos 38.700, y permanentes hasta su jubilación, unos 17.200. Si se firma un compromiso de larga duración, la ley asegura, afirmó Bono, "estabilidad profesional o económica de por vida".

María Asunción Oltra, en nombre del PP, subió a la tribuna y dijo, para empezar, que "el mayor insulto a esta Cámara" había sido la intervención del ministro, que antes había mencionado insultos recibidos desde el PP, como "trilero e hipócrita".

La portavoz popular esgrimió dos razones para pedir la devolución del proyecto: "La falta de una visión global y de conjunto de la política de Defensa, particularmente en este caso en lo referido a política de personal, y la falta de consenso previo" con el PP. El consenso acabó en un incidente. El presidente del Congreso, Manuel Marín retiró la palabra al ministro y le ordenó sentarse.

Según Bono, el PP se oponía "para decir al día al día siguiente que nos apoyan en la Ley de Tropa los separatistas y los republicanos", y añadió que cada diputado "tiene idéntica legitimidad para llegar a acuerdos".

Cuando llegó el turno del portavoz de ERC, Joan Puig, inició una deriva no prevista al dirigirse a Bono: "Le agradezco que haya dicho que los votos de los separatistas y de los republicanos son válidos en esta Cámara, pero también son válidos en otras cámaras y en el Parlamento de Cataluña y son los votos que decidieron que Cataluña es una nación", en referencia a la votación del miércoles sobre el Estatuto catalán.

"Siéntese usted"

Bono contraatacó: "Respeto no sólo los votos sino la decisión que tome cualquier Parlamento autónomo y concretamente el de Cataluña, pero también respeto la decisión que sobre esa misma materia tome el Congreso de los Diputados o el Parlamento español. El pero tiene mucha importancia y es que en materia de aprobación del Estatuto de Cataluña quien más manda es quien quiere la Constitución que más mande".

Marín llamó a Bono a la cuestión, el ministro trató de seguir desde su escaño en el banco azul y el presidente del Congreso le ordenó: "Siéntese usted". Bono protestó: "¿Por qué a él le deja hablar y a mí no?". Marín le explicó que se estaba discutiendo la Ley de Tropa y Marinería mientras ellos lo hacían sobre competencias en la elaboración del Estatuto catalán. Puig intentó seguir con el asunto y Marín le cortó. Bono expresó su "desacuerdo" y Marín zanjó la cuestión asegurando que tenía "obligación" de impedir que se discutiera "sobre temas que no tienen que ver con el orden del día".