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Reportaje:

Bólidos en la Politécnica

Cientos de estudiantes asisten a una exhibición de coches de carreras organizada por el Circuit y la Universidad

Llegan buenos tiempos para las escuelas de karts. Los críos de hoy día hablan de Fórmula 1, conocen los nombres de los rivales de Fernando Alonso, el hombre que ha desatado en España la pasión por la velocidad; los críos de hoy día visten camisetas chillonas salpicadas de logos de anunciantes, de marcas patrocinadoras del deporte de moda en España. Niños anuncio. La fiebre por la velocidad, por el espectáculo, por el circo de la Fórmula 1... El motor está en boga.

Los ídolos de mediados del siglo XX vestían calzones y guantes de cuero, llenaban plazas de toros y se casaban con folclóricas. Pero el boxeo cayó en desgracia, desapareció de las pantallas de televisión, y con él se fueron los últimos ídolos del ring españoles: Pedro Carrasco, Perico Fernández, José Durán, Miguel Velázquez... Los boxeadores, entonces, en los años sesenta y setenta del siglo pasado, competían con los futbolistas en fama. Ahora los futbolistas compiten con los pilotos de Fórmula 1, con los intrépidos chicos del motociclismo, que se comen una parte importante del pastel. El motor es una mina para los anunciantes.

El impacto que ha tenido la victoria de Fernando Alonso en el Mundial de Fórmula 1 es enorme. Ahí están las audiencias: ocho millones de telespectadores vieron en España el pasado fin de semana la carrera de Sao Paulo, en la que el deportista asturiano se proclamó campeón del mundo.

La onda expansiva del éxito de Alonso ha llegado a todos los rincones de España. Y, cómo no, a Valencia, que presume, con sólidos argumentos, de circuito de velocidad. Es el momento de proclamar a los cuatro vientos las excelencias del Circuit Comunitat Valenciana, en Cheste. Una obra colosal que organiza el mejor gran premio de motociclismo, dicho por los expertos. Una instalación que aspira a acoger una prueba del Mundial de Fórmula 1 o, cuando menos, a apadrinar, a través de la Generalitat, una escudería.

Mientras eso llega, el Circuit se promociona entre el amplio abanico de competiciones que abarca el automovilismo. El próximo domingo, el trazado valenciano acogerá la penúltima prueba del Mundial de Turismos, campeonato en el que participan autos de hasta 300 caballos de potencia. Para los responsables deportivos de la Comunidad Valencia, supone un guiño a la Fórmula 1, el plato fuerte del menú.

"Esta prueba es una oportunidad para poner en valor el circuito de Cheste", afirmó ayer David Serra, secretario autonómico de Deportes, durante la exhibición que algunos de los pilotos participantes, entre ellos varios españoles, como Jordi Gené y Antonio García, hicieron en la Politécnica. "Es la primera vez que el Mundial de Turismos llega a España, no es algo casual ni circunstancial, porque desde la Generalitat estamos negociando para que esto vaya a más".

En cuanto a las posibilidades reales de que un Gran Premio de la Fórmula 1 recale en Cheste, Serra se mostró optimista: "Si hemos sido capaces de ser los mejores en la organización de un campeonato de motociclismo, también lo queremos ser en el deporte de las cuatro ruedas. Somos optimistas y estamos seguros de que llegaremos a cotas más altas en el mundo del motor. El problema principal es que para que nosotros entremos en la Fórmula 1, tendríamos que quitarle la plaza a alguien. Además, el mercado asiático está también pujando muy fuerte".

La capacidad de convocatoria de los bólidos, en este caso los del Mundial de Turismos, seats, alfas romeo, chevrolets y bmws, fue manifiesta ayer en la Politécnica de Valencia, donde cientos de estudiantes observaron, miraron y remiraron los espectaculares coches carrozados. Es la fiebre por la velocidad.

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