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OPINIÓN DEL LECTOR
Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Bici en Sevilla

Habitualmente voy en bicicleta a todas partes por distintas razones. Sevilla es una ciudad plana y no muy grande, así que las distancias en bicicletas se hacen muy asequibles. Ir en bicicleta es sano porque haces ejercicio casi sin darte cuenta pero, además, es bueno para las demás personas que viven en esta ciudad. No echa humo que tienen que tragarse los demás, por tanto, no provoca enfermedades respiratorias que cada vez padecen más personas, sobre todo niños y ancianos. Tampoco hace ruido como esas motos incontroladas y esos miles de coches que, para colmo, se ponen a pitar en los atascos. Además, te hace más libre en muchos sentidos. Por una parte, ahorras tiempo, ya que no tienes que perderlo buscando aparcamiento para un trasto gigante. Yo suelo llegar sonriendo y relajado al trabajo; los que vienen en coche llegan de los nervios, normalmente se han gritado e insultado entre ellos y con todo tipo de motos, autobuses y taxis. Por otra parte, al no tener coche ahorro dinero y tengo menos necesidades. Conozco a mucha gente que gasta la mitad del sueldo por y para el coche: el préstamo, el seguro, las reparaciones, que son miles, la gasolina que ahora está por las nubes. Yo, al carecer de coche, no tengo esos problemas: vivo mejor y puedo hacer más cosas. Pero tengo la impresión de que, a veces, esta libertad no gusta. Claro, si no tengo coche no soy esclavo de trabajar más y más para pagarle a esas multinacionales que ganan muchísimo dinero fabricando coches y gasolina, pero quieren ganar más. Además, como no tengo coche, no puedo ir a comprar a las grandes superficies comerciales esos productos que vienen de tan lejos, de países donde emplean a hombres, mujeres y niños por sueldos de miseria, para que yo los pueda comprar a precio de ganga, y voy a las pocas tiendas que quedan en mi barrio, que se abastecen de productos locales. Sin embargo, al Ayuntamiento no le gustan las bicicletas; en lugar de fomentar su uso, pretende eliminarlas por muerte bajo las ruedas de algún coche. Supongo que los intereses del Ayuntamiento son otros. Las bicicletas no pagan impuestos y, a fin de cuentas, lo que le importa es la "pasta", sobre todo la que va al bolsillo municipal, que la crisis de las haciendas locales aprieta mucho y los gastos de protocolo son muy altos: ya les pondremos algunos arbolitos en los barrios y asfaltaremos algunas calles para que nos sigan votando, pero en coche, hay que ir en coche (supongo que pensarán nuestros ediles). La libertad y la calidad de vida quedan para los discursos electorales; en el día a día son peligrosas porque se vuelven subversivas.

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