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Reportaje:Gallardón y la oposición, a bofetadas

Las tensas relaciones de Gallardón con la oposición impiden los pactos

Concejales denunciados en los tribunales, enfrentamientos en las comisiones y la imposibilidad de alcanzar pactos presiden el clima político del Ayuntamiento de Madrid

"Con Álvarez del Manzano hablaba más", recuerda Inés Sabanés. La concejal de Izquierda Unida llegó al Ayuntamiento de Madrid en 1999 y es la más veterana de la mesa de portavoces. "Aunque parezca mentira, con el anterior equipo del PP nos sentábamos a negociar y, aunque había serias diferencias en algunos temas, éramos capaces de pactar ciertas cuestiones importantes para la ciudad. A Gallardón sólo le veo en los plenos y en algún que otro acto", añade.

La reflexión de Sabanés, además de una crítica a la gestión del alcalde, lleva implícita una cierta amargura. "Creí que con él se podrían tratar las cuestiones más elementales, pero se limita a recordarnos a la oposición que quien gobierna es él. Después de la derrota olímpica en Singapur, la situación se ha enrocado aún más", reflexiona. Sin acuerdo están temas tan importantes para la ciudad como la reforma de la M-30, la tala de árboles, la Ley Especial de Madrid, los reglamentos, la prostitución en la colonia Marconi, los impuestos y qué pasará con el proyecto olímpico.

Cobo: "No hay crispación, hay municipios en los que se pegan en los plenos"
Sin acuerdo en la M-30, la Ley Especial, los impuestos y el proyecto olímpico

Alrededor de Madrid 2012 se creó un clima de armonía que la derrota en Singapur se encargó de demostrar que fue ficticia. "La oposición se esforzó en alcanzar el consenso para la candidatura, pero tras la elección de Londres el alcalde no supo gestionar, desde ese consenso, el día después", añade Sabanés.

Óscar Iglesias, portavoz adjunto del PSOE, coincide con Sabanés en que hay un antes y un después de Singapur. "Pero las relaciones se crisparon más aún tras lo de Virgen del Puerto". El concejal socialista junto a la representante de IU y otros compañeros de la oposición apoyaron a un grupo de vecinos que se manifestaban contra la tala de árboles. La intervención de la Policía Municipal y la negativa de los concejales a marcharse desembocó en escenas de tensión. Los mandos policiales hablan de resistencia a la autoridad, y los concejales, de atropello. "Nos intimidaron con sprays y porras", denuncia Iglesias.

Como consecuencia de los hechos de Virgen del Puerto, Iglesias y Sabanés han sido denunciados y el juicio se verá en sólo unas semanas. En este tiempo, lejos de llegar a un acuerdo, el PP se ha reafirmado en su idea de "llegar hasta el final".

Trinidad Jiménez ha advertido de que si el PP no rectifica, ella será inflexible: "Están actuando con chulería, y no lo voy a permitir. No pienso acordar nada con el alcalde, incluida la Ley Especial de Madrid, si no ordena retirar la denuncia". Y Gallardón replica: "En esta ciudad, a todos los vecinos se les trata igual. Un acto fuera de la ley tiene que tener consecuencias. Da igual que se tenga un cargo público o no. Si se produjeron unos hechos en los que la Policía Municipal entiende que vio obstaculizada o imposibilitada su labor, esos hechos tienen que ser denunciados".

Manuel Cobo, el vicealcalde y encargado directo de relacionarse con la oposición, ve esta situación de manera diferente. "¿Que hay ahora más crispación? ¿por qué, por qué son ellos los encausados?". La reflexión de Cobo tiene que ver con la época en la que el anterior equipo del alcalde José María Álvarez del Manzano se las veía en los tribunales por el caso funeraria. "A lo mejor lo que sucede es que nosotros, los del PP, estamos acostumbrados a vivir en estas situaciones y ellos no. No hay crispación. La vida política en el Ayuntamiento transcurre de manera normal, incluso yo diría que de manera más tranquila que en otros municipios que hasta se llegan a pegar en los plenos", apostilla Cobo.

Sabanés cree que Gallardón se equivoca en la manera de gobernar el Ayuntamiento. "La política municipal es más cercana. En la ciudad es necesario llegar a pactos sobre algunas cuestiones, pero él dirige todo como si estuviera en la Comunidad o al frente del Gobierno de la nación, sin tener en cuenta que hay políticas ciudadanas que requieren el consenso".

Cobo asegura que el equipo de gobierno está acostumbrado a todo tipo de situaciones. "En nuestra última época en la Asamblea se hartaron de llamarnos asesinos durante la guerra de Irak", recuerda.

Para Óscar Iglesias las formas son tan importantes como los procedimientos. "Cuando el equipo de Gallardón llegó al Ayuntamiento, dejó clara su impronta. El reglamento de funcionamiento que impuso dejaba poco movimiento a los grupos y la exclusión de representantes nuestros en las empresas mixtas dificulta la información y, por tanto, el control de la gestión".

Iglesias "sospecha" que una "fina labor" se desarrolla a la hora de fijar las comisiones de trabajo municipales. "Yo de repente me encuentro que tengo dos el mismo día y a la misma hora. Y a muchos de mis compañeros les sucede lo mismo. Parece que lo hacen intencionadamente para que no podamos asistir".

Cobo lo niega. "A mí también me coinciden al día varias comisiones y otros actos. ¿Qué le vamos a hacer? Eso le pasa a todo el mundo en política; también a los ministros. Lo que hay que hacer es elegir".

Iglesias y Sabanés replican que el PP gobierna y por tanto tiene toda la información, pero que, si ellos no van a las comisiones, no se enteran de lo que sucede en la vida municipal.

El PSOE protestó por carta al alcalde por la situación vivida por la concejal Carmen Sánchez Carazo. La edil sabía que iba a reunirse la comisión de Madrid Salud, de la que es integrante, y pidió al equipo de gobierno que tuviera en cuenta que, debido a su minusvalía, iba a ser operada de una prótesis de cadera. Cuando Sánchez Carazo estaba en el hospital recién intervenida, la reunión se produjo. Su petición no se escuchó.

Iglesias cree que estas situaciones no son casuales, que obedecen a una manera de gobernar. "Conforme se está acercando el final de la legislatura, la situación se está enrocando más. En sólo unos días hemos pasado de que nos denuncien por desacato a la autoridad a que el concejal de Seguridad nos acuse de actuar bajo sustancias alucinógenas". Sucedió en una comisión de Seguridad. Durante una tensa sesión, Pedro Calvo recurrió a la ironía, y después de hablar de consumos de cocaína dijo: "Y hablando de sustancias alucinógenas, la oposición...". La ocurrencia provocó una protesta por carta del grupo socialista al alcalde.

Pero para polémicas, todas las relacionadas con la M-30. "Gallardón ha convertido la M-30 en una subasta en la que él siempre da más sin medida y sin explicaciones en un acto de clara irresponsabilidad en su gestión", dice Sabanés. "El coste del proyecto se ha elevado de tal manera sobre la previsión inicial que es una barbaridad. Pero es una cantidad sin duda ridícula para las pretensiones megalómanas del alcalde", añade.

Trinidad Jiménez está de acuerdo con Sabanés: "El alcalde, sigue sin enterarse de los problemas de Madrid. Ha conseguido empeorar la situación que dejó [el ex alcalde, José María Álvarez del Manzano]

. El Banco de España le reprocha que es el Ayuntamiento más endeudado de España. Si esto es austeridad, no quisiera ver lo que considerarían despilfarrar".

El portavoz adjunto socialista tiene archivadas todas las cartas de protesta al alcalde. "Sé que no sirven de nada, pero para que quede constancia de lo sucedido".

Sabanés asegura que a ella las cartas tampoco le han servido de nada. "Con el proyecto olímpico hemos pedido por escrito reunirnos en varias ocasiones. La última vez fue nada más volver de Singapur el 7 de julio, y el alcalde nos recibió en los últimos días de agosto. No queríamos que se tomaran decisiones que no fueran consensuadas, pero cuando nos reunió ya había dinamitado el sueño olímpico que construimos entre todos. Yo jamás pensé que con Gallardón el diálogo fuera más difícil que con Álvarez del Manzano".

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